Esta sí, esta no

Al Sevilla no le pilla intranquilo y sin saber qué hacer este apasionante y cargado final de la temporada. La experiencia como club de alto nivel y la reciente del grupo que comanda Unai Emery indica cuál es el camino a seguir en este mes y medio. De las cinco competiciones que ha jugado el Sevilla en este curso, sigue vivo en tres. Sólo el Bayern de Munich es capaz de decir lo mismo. Y claro, no se puede estar en misa y repicando las campanas: hay que elegir.

El Sevilla ha dejado claro, por si quedaba alguna duda, que lo importante se juega los jueves y el último día del curso, el 22-M. Todo lo demás pasa a un segundo plano. Y todo lo demás es la Liga, en la que sólo el domingo, en el cuarto derbi de la temporada, pondrá la carne en el asador –no toda, porque ganarle al Betis hace tiempo que no es el principal objetivo de los de Nervión mientras tenga algo más apetitoso en el horizonte–. Pese a que se juegue tener que jugar la última previa a finales de julio.

Aunque Monchi admita errores evidentes en la planificación –la portería, una vez más, y la delantera–, al Sevilla lo que le ha impedido acabar en el puesto esperado en la Liga es el tiempo que tardó en arrancar la máquina. No es que ahora esté engrasada como en la pasada temporada, pero en cuanto va de verdad se puede llevar a cualquiera por delante. Y de verdad va los jueves.

Un dato lo recuerda: un solo punto en los últimos cuatro partidos en la Liga. Y si tenemos en cuenta la eliminatoria frente al Athletic, una sola victoria en los últimos seis partidos. Es evidente que el Sevilla marcha con la lengua fuera –¿se acuerdan del 5-4 en Tiflis? Era agosto de 2015 y el Sevilla ya competía un título...– y de ahí las aplaudidas rotaciones de Emery y síntomas resacosos tras otra gran noche de jueves de Feria. Dos partidos claves ante el amenazante Shakthar para disponer de un tercero, la gran final. Una final ya asegurada ante el desconcertante Barcelona que estamos viendo. Y antes, el derbi del domingo, que debe servir de pistoletazo de salida para la carrera final. No es razonable desacelerar tanto antes de ir a Ucrania, a pesar del cansancio. Y a pesar de la sobredosis de derbis ganados.