Ganar o no, pero con Sampaoli

El Sevilla salió a por todas y sin complejos ante un Barcelona que tuvo que exprimirse para ganar

07 nov 2016 / 00:17 h - Actualizado: 07 nov 2016 / 00:59 h.
"Sevilla FC","Sampaoli"
  • Piña de los jugadores del Sevilla antes del inicio del encuentro. / Manuel Gómez
    Piña de los jugadores del Sevilla antes del inicio del encuentro. / Manuel Gómez

Da igual lo que piensen, digan o murmuren: Jorge Sampaoli llegó con sus ideas y se marchará del Sevilla con ellas. Si hay que cambiar algo, se cambia, pero siempre bajo el prisma de esa filosofía que el técnico argentino pregonó desde su llegada y aplica hasta el final incluso en partidos como el de este domingo frente al mismísimo Barcelona.

Lo dijo siempre el que fuese campeón de América con la selección de Chile: quiere un equipo valiente, protagonista, que juegue en campo contrario y, además, tenga siempre capacidad camaleónica para adaptarse a las circunstancias y al juego del rival. Haya los mimbres que haya. El problema en esta ocasión tenía a Nasri en el campo pero mermado pese a sus ganas de ayudar; tenía una zaga sin Nico Pareja ni Mercado en la que Carriço demostró que le falta para ser el mejor Carriço; y, además, tenía las fuerzas justas para aguantar un ritmo alto tras haber jugado esta semana contra el Dimamo de Zagreb en Champions.

Escuchar discursos como el de Sampaoli en el mundo del fútbol no sorprende tanto como ver a un técnico que lo lleve de verdad a la práctica. Y él lo hace. Se ha visto a lo largo de la temporada y se vio en este tercer duelo contra el Barcelona. El Sevilla, su Sevilla, llegará hasta donde tenga que llegar porque el camino es muy largo, pero, sin duda, es ese equipo del que sus aficionados se sienten orgullosos tras verle jugar y luchar.

El sevillismo sabía que su equipo no iba a ser el de la Supercopa de España. Por aquel entonces, estaba en plena fase de acomplamiento y el Barcelona, cuya calidad es superior y además estaba muchísimo más hecho a nivel colectivo, no dio opción alguna. Por ello, había ganas de ver este nuevo pulso contra el equipo de Luis Enrique. La historia, tal como pudo comprobarse, iba a ser muy distinta, aunque Messi sigue siendo Messi y frenarle ha sido, es y será una misión casi imposible.

Este Sevilla de Sampaoli se ha ganado el respeto de todos en un tiempo récord. La marcha de auténticos nombres propios en su pasado reciente no ha sido óbice para construir un nuevo proyecto capaz de ilusionar. Las dudas que existían sobre Sampaoli están despejadas. No hay debate. Incluso se habla de si este Sevilla podrá luchar por el título de Liga. Palabras mayores y, seguramente, alejadas de la realidad por brillante que pueda estar siendo su temporada hasta el momento.

El tiempo, en cualquier caso, será quien se pronuncie y dicte sentencia. Mientras tanto, la afición disfruta de su equipo. Partidos como el de este domingo ante el Barcelona de Messi, Neymar, Luis Suárez y compañía dejan a las claras que este Sevilla puede competir en distancias cortas con cualquier todopoderoso; lo que ocurra luego en la carrera de fondo que es un campeonato ya es otra historia. El Barcelona volvió a ganar, pero se fue sabiendo que a este Sevilla hay que tenerlo en cuenta. Sus luchas son distintas y queda un mundo por delante. Que nadie dude ahora.