Machín se cita en la ITV del Sevilla

El Sevilla comienza la temporada con un golpe sobre la mesa a base de seriedad, inteligencia y limitar casi al cero los errores. Fiel a su catecismo, el entrenador lo aplica entendiendo que la exigencia en su nuevo club nada tiene que ver con lo que vivió hasta ahora

19 ago 2018 / 22:57 h - Actualizado: 20 ago 2018 / 15:51 h.
"Sevilla FC","Sergio Escudero","Jesús Navas","Pablo Machín","Andrés Silva"
  • Pablo Sarabia trata de deshacerse de la defensa del jugador vallecano Embarba. El madrileño no tuvo tanta presencia como en partidos anteriores, pero no desentonó.
    Pablo Sarabia trata de deshacerse de la defensa del jugador vallecano Embarba. El madrileño no tuvo tanta presencia como en partidos anteriores, pero no desentonó.
  • André Silva celebra uno de sus goles al Rayo Vallecano. El portugués es el cuarto jugador en la historia del Sevilla que marca tres goles en su estreno.
    André Silva celebra uno de sus goles al Rayo Vallecano. El portugués es el cuarto jugador en la historia del Sevilla que marca tres goles en su estreno.
  • Vaclick ataja la pelota en un salto con un delantero del Rayo de Vallecano. El portero checo solventó con acierto las llegadas hasta su área.
    Vaclick ataja la pelota en un salto con un delantero del Rayo de Vallecano. El portero checo solventó con acierto las llegadas hasta su área.

Cuando un entrenador, que ha forjado su carrera en equipos modestos, tiene la oportunidad de dar el salto a una entidad con mayor exigencia, debe pasar su propia ITV. Tiene que demostrar que es capaz de asumir con naturalidad los aristocráticos retos que se le plantean, aunque en este deporte sería mejor usar el verbo imponen, en su nuevo destino.

En el fútbol español hay ejemplos de técnicos que consiguieron pasar la Inspección y otros que no. Benito Floro y Gregorio Manzano demostraron que eran excelentes entrenadores para equipos de nivel medio, pero padecieron vértigo cuando tuvieron la oportunidad de comerse el mundo en tareas con más oropel. También hay ejemplos de lo contrario, como Juande Ramos o Unai Emery. En esa inspección está inmerso, en estas primeras semanas de competición Pablo Machín, que debe demostrar que tiene la suficiente capacidad para no sentir mareo en un banquillo en el que se le van a pedir, nada más y nada menos, que títulos o estar entre los cuatro primeros puestos de la Liga.

El paso de las semanas dirá si el entrenador soriano pasa la Inspección, pero en su primera revisión liguera no se han encontrado fallos graves que hagan temer un veredicto negativo.

El Sevilla tiene que ir a ganar a Vallecas ante un equipo recién ascendido. Así debe ser y así fue. Sin zarandajas, exquisiteces ni especias de Oriente, el equipo de Machín se comió al Rayo Vallecano en sólo cuarenta y cinco minutos. Una defensa aplicada, dos sabios mediocentros, dos flechas en los costados y gol arriba; fútbol escrito tal y como se escribe un telegrama: frases cortas y palabras justas. Los dietistas y endocrinos martillean, con razón, con que la comida rápida es dañina para nuestro organismo. En el fútbol también existen determinados nutricionistas que insisten una y otra vez en que hay una determinada manera de jugar que tampoco es buena para el paladar y el organismo, que ganar un partido hay que hacerlo sólo una determinada manera.

Pero no, se puede salir airoso de un estadio tan prieto como el de Vallecas con una victoria rotunda siendo más listo que el rival, con un planteamiento sin fisuras y con el equipo muy bien puesto sobre el césped.

Machín le ha dado al Sevilla su toque, pero ha entendido muy pronto que lo más importante es ganar partidos, aunque sea de maquiavélicas maneras. Pero claro, el entrenador tiene materia prima de primera calidad. Apoyado en los afilados costados de Navas y Escudero, el Sevilla pasó por encima del conjunto madrileño. El estreno de André Silva en la punta de ataque tampoco pudo ser mejor. El fútbol vive de paradojas y es una más que el delantero portugués haya metido en su primer partido con el Sevilla más goles que una temporada completa en la serie A italiana.

Pero esto no para. En tres días el Sevilla juega una final en la República Checa. Será otro paso de Machín por el taller antes de que tenga la etiqueta verde hasta junio de 2019