Konoplyanka y su chistera

Grandioso partido del ucraniano, que puso en pie a un Sánchez-Pizjuán abarrotado y entregado ya a una estrella en ciernes. Una noche perfecta para Monchi y sus fichajes

08 nov 2015 / 23:51 h - Actualizado: 09 nov 2015 / 17:22 h.
"Sevilla FC","Konoplyanka"
  • Konoplyanka y sus compañeros agradecen el apoyo de la afición tras el partido. / Manuel Gómez
    Konoplyanka y sus compañeros agradecen el apoyo de la afición tras el partido. / Manuel Gómez
  • Ciro Immobile celebra su gol, primero del Sevilla. / Manuel Gómez
    Ciro Immobile celebra su gol, primero del Sevilla. / Manuel Gómez
  • Sergio Ramos y Sergio Rico se saludan tras el partido. / Manuel Gómez
    Sergio Ramos y Sergio Rico se saludan tras el partido. / Manuel Gómez

Nervión se enamoró. El Sánchez-Pizjuán aparcó durante 90 minutos su desasosiego, su estado de decepción, para entrar en éxtasis por culpa de un ucraniano venido desde 4.500 kilómetros para levantar de sus asientos a 40.000 hinchas que heredaron de sus padres y abuelos el amor por los jugones. Es lo que gusta por Nervión, de ahí los silbidos en una primera media hora de complejos y achiques.

Hacía tiempo que no se veía por el Sánchez-Pizjuán a un jugador cuya calidad técnica e imaginación fueran tan determinantes. Y, ojo, no es fácil, pues del Sevilla se acaban de marchar como quien dice ídolos de la talla de Kanouté, Luis Fabiano, Navas, Daniel Alves y muchos otros. El Sevilla sacó ayer muy oportunamente sus virtudes a relucir en un momento delicado, antes de otro parón que hubiese sido más incómodo que el anterior tras el no despegue del Sevilla.

Y no ha despegado, claro está. Pero a lo tonto el Sevilla se ha ventilado a Real Madrid y Barcelona en su estadio, a base de garra, que desgraciadamente no ha mostrado en muchos encuentros de este curso, calidad, la que siempre se le supuso, y un rendimiento espectacular de los nuevos, la mayoría de los cuales no habían aparecido hasta este primaveral domingo de noviembre.

Muchos se tomaron la alineación de Emery como un «pues ahí están los fichajes». Seis caras nuevas en un once que pretendía ganarle al equipo más difícil de ganar o, al menos, el que más complicado pone hacerle goles. Se puede decir que Mariano ha sentado a Coke para largo tiempo. Que N’Zonzi jugó sus mejores minutos desde que llegó, que Andreolli mejoró notablemente a Kolo y que Immobile gritó a los cuatro vientos que quiere, que no ha tirado la toalla. Esa rabia contenida que le hizo quitarse la camiseta cuando metió su primer gol. Y al Madrid, ante los ojos de todo el mundo.

Y, además, en el once inicial estaba ese hombre que puso patas arriba el Sánchez-Pizjuán. Se hará corta la temporada en este sentido, ya que parece muy poco probable que desde Nervión no meta el salto a un grande de Europa el verano que viene si es que sigue este ritmo. Regateando, esprintando, asistiendo, defendiendo y taconeando, este jugador bailó ayer por sevillanas, escogiendo a la más guapa de la caseta para marcarse una exhibición que ni la auencia del gol impidió glosar en estas paginas. Imaginen las toreras gradas del Sánchez-Pizjuán si el protagonista hubiera marcado...

Si los magos tienen chistera, quien ayer lideró los mejores 45 minutos del Sevilla en lo que va de temporada posee dos piernas y una inventiva capaces desequilibrar ante cualquiera. Y no es justo reducir la función esgrimiendo la bochornosa imagen de todo un Real Madrid. Los de Benítez fueron noqueados por el Sevilla en una segunda parte primorosa, al ritmo de oés en las gradas y una banda izquierda que tiene dueño hasta que los millones de un magnate arranquen de las manos del Sevilla a una figura en ciernes. Y se llama Yevhen Konoplyanka. En pie.