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Una imagen de archivo de la grada baja del Gol Norte del Sánchez-Pizjuán. / Manuel Gómez
Desde hace varias temporadas la Liga de Fútbol Profesional (LFP), presidida por Javier Tebas, está intentando convencer a los equipos que la forman de la conveniencia de instalar en sus estadios, principalmente en las gradas de animación, un sistema de control de acceso biomecánico por motivos de seguridad. El Sevilla, al no ser obligatorio, decidió en estas últimas temporadas no instalar el sistema, basado en el acceso a través de la huella digital y destinado a controlar las personas que acceden al recinto, en especial a la zona más conflictiva, el Gol Norte. Hasta ahora, puesto que el club nervionense tiene prácticamente decidido instalarlo de cara a la próxima temporada en todo el estadio, aunque empezando por esa zona de los Biris Norte.
La postura de la LFP respecto a las gradas donde se concentran los grupos más animosos de cada equipo es clara: expulsar a los violentos, impedir el acceso a quienes lo tengan prohibido por alguna sanción –circunstancia que se produce más a menudo de lo que pudiera parecer– y facilitar la identificación de los integrantes de esas zonas más problemáticas de los estadios en caso de que hubiera altercados. El Sevilla, que lleva años con una relación tirante con el grupo dominador del Gol Norte, los Biris, decidió esperar y evaluar qué ventajas y qué inconvenientes tenía la aplicación del control de acceso por huella, pues era habitual en el coliseo sevillistas problemas de colas y dificultades de acceso en determinados partidos importantes, además del coste extra que requiere la implementación de la tecnología necesaria. De momento el Sevilla es reacio a crear una grada de animación nueva al estilo de la que han formado otros clubes, como el Real Madrid, pero sí ve conveniente controlar de esta nueva manera el acceso al Gol Norte, algo que añadirá, sin duda, más enfado a esa parte de la afición sevillista aunque desde el club se justifica en la evidente mayor seguridad de todos sus hinchas.
Hay que recordar que sobre la grada baja del Gol Norte pesa una posible clausura por los constantes insultos en los partidos, denunciados por la LFP al Comité de Competición de la Federación Española. Además, el club nervionense, por mandato de la Policía y el Gobierno estatal, prohibe el acceso de los emblemas del grupo Biris Norte, calificado como grupo violento a raíz de los últimos altercados provocados por distintos miembros de ese colectivo, a los que el Sevilla ya expulsó como socios de la entidad. En este sentido, el Sevilla reitera que esa prohibición de pancartas y banderas son simbología Biris –las bufandas individuales sí están permitidas– no tiene vuelta atrás a corto o medio plazo y que los Biris no son el único grupo ultra calificado de esa manera en España, por lo que poco pueden hacer desde la planta noble del Sánchez-Pizjuán.