Esta semana ha empezado la última fase de la remodelación de la cara exterior del Ramón Sánchez-Pizjuán, el estadio del Sevilla FC. Los mayores cambios se pueden observar en el Gol Sur, donde un gran escudo en negativo del club tapa el mural que hiciera el escultor Ben Yessef de cara al Centenario celebrado en 2005. Además, en la zona de Preferencia, a ambos lados del mosaico de los escudos obra de Santiago del Campo, se están colocando dos lonas con los rostros dibujados de varios jugadores y jugadoras emblemáticos en la historia del Sevilla. Aparecen rostros de hace décadas, como Juan Arza, Marcelo Campanal, Pablo Blanco o Biri-Biri, y futbolistas más recientes, desde Manolo Jiménez o Davor Suker hasta Jesús Navas, Frederic Kanouté, Andrés Palop o José Antonio Reyes. El Sevilla especifica que son «sólo algunos de sus emblemas indiscutibles», cada uno por diferentes razones.
Así, Reyes contribuyó con su venta en 2004 a sanear las arcas de la entidad y permitir poner la primera gran piedra para el crecimiento del Sevilla. Al lado del utrerano se puede ver la figura de un niño, como muestra simbólica de la fructífera cantera nervionense; y junto a Jiménez, el jugador con más partidos en la Primera División, la silueta de una jugadora, en claro guiño a los equipos femeninos. Biri-Biri, que dio nombre al grupo más famoso de sevillistas, fue el primer futbolista de la África subsahariana en el club. Pablo Blanco sigue ostentando el récord de partidos con la camiseta del Sevilla (415). Juan Arza ha sido el único pichichi del Sevilla en la élite nacional, además de campeón de la Liga en 1945. Campanal es considerado el mejor defensa de la historia del Sevilla y Suker la estrella del club en los 90. Navas, Kanouté y Palop forman gran parte de la columna vertebral del exitoso Sevilla de la pasada década.