El Sevilla anda todavía esperando que se consume el cambio de entrenador que ya tiene planificado. Pero a expensas de que Unai Emery termine de cerrar su trato con el Paris Saint Germain –el técnico vasco se encuentra en Catar para ultimar los detalles del mismo–, la dirección deportiva y Jorge Sampaoli trabajan ya como si éste fuera el técnico sevillista de manera oficial. No lo es porque Unai –el PSG– aún no ha pagado la cláusula de indemnización, cosa que en el Sevilla esperan que se produzca en las próximas horas.

En este sentido, salvo que haya acuerdo entre los clubes implicados, se produce un curioso efecto dominó. Primero Emery tendría que indemnizar al Sevilla con dos millones de euros; el cuadro andaluz deberá hacer lo propio con la federación chilena de fútbol, que acordó con Sampaoli tras la dimisión de éste el pago de un millón de dólares en cuanto firmara por otro equipo; y a su vez, según apunta el Ideal de Granada, el entrenador argentino deberá compensar al equipo nazarí con alrededor de 100.000 euros por el precontrato que ya tenía pactado antes de que apareceriera en escena el Sevilla.

Sin embargo, al margen de estos temas burocráticos, el cambio de entrenador hará modificar –ya lo ha hecho, para ser más exactos– la hoja de ruta del Sevilla en cuanto a fichajes. Por el momento, Sofiane Feghouli, ex del Valencia y pretendido por el Sevilla a petición de Emery, fichó ayer por el West Ham, cuya oferta económica era superior, aunque el jugador dudó hasta que se confirmó la salida de Unai del Sevilla. Otro futbolista querido y que puede quedarse con la miel en los labios es el centrocampista brasileño Rómulo (Spartak de Moscú). Su contratación estaba encauzada antes del terremoto Emery, que ya lo entrenó en el conjunto ruso. Las negociaciones han quedado paralizadas y es más que posible que finalmente quede descartado tras la llegada de Sampaoli.

El entrenador argentino, como le ocurre a la mayoría de técnicos, no le hace ascos a viejos conocidos. Uno de ellos, Mauricio Isla (Juventus), a quien dirigió con la selección de Chile, encaja con uno de los perfiles que busca el Sevilla. Monchi ya lo quiso el verano pasado, pero la Juve pedía demasiado –10 millones– y acabó cediéndolo al Olympique de Marsella. Al centrocampista chileno le queda un año más de contrato, el Olympique quiere otro préstamo pero la Juventus lo tiene claro: quiere venderlo. Su precio está en torno a seis millones. Una llamada de Sampaoli bastaría para convencer al jugador, aunque en Nervión la que esperan es la de Emery desde Catar...