El Sevilla sólo ha despedido a cuatro entrenadores en plena temporada en lo que va de siglo: Manolo Jiménez, Antonio Álvarez, Marcelino García y Míchel. Salvo el caso extremo de Álvarez, medida de urgencia tras el adiós de Jiménez que llegó sólo a jornada 5 de la Liga, el club nervionense se ha distinguido de otros por su paciencia con los proyectos iniciados. El recordatorio viene al caso por los difíciles momentos que se viven en Nervión, con un Eduardo Berizzo cuestionado desde todos los sectores posibles: opinión pública, análisis internos de los propios dirigentes y los veredictos más o menos fundados de los aficionados. Las dudas zarandean tanto el proyecto actual que existen opiniones encontradas incluso en el consejo de administración, que se reúne este viernes para abordar las crisis que sufren tanto el primero equipo como el filial.
La idea preponderante no es otra que la de mantener a Berizzo en el cargo, aunque ya no se descarta ningún escenario. Y así será salvo sorpresa mayúscula. Jiménez fue destituido en 2010 a diez jornadas para el final de la Liga con el equipo situado en quinto lugar a sólo dos del cuarto. Marcelino fue mantenido hasta la jornada 21 en 2012 y Míchel, al curso siguiente, duró justo una vuelta (19 encuentros). Berizzo acumula una clasificación demasiado apurada en el play off de la Champions, 17 partidos de la Liga (29 puntos, siete menos que el Sevilla de Sampaoli hace justo un año y separándose cada vez más de los cuatro primeros), un pase a los octavos de la Liga de Campeones gris y con serios avisos, y una primera ronda de trámite en la Copa solventada sin dificultades. Y todo con el Sevilla más caro de la historia. No es una exageración que el consejo del Sevilla se plante ya qué decisión tomar, porque lo que está claro es que el Sevilla, si no cambia radicalmente, se quedará sin Champions tras una temporada con presupuesto récord y cada vez menos jugadores vendibles por más de 25 millones de euros. El problema es serio.
Tanto, que 2018 empezará para Berizzo con dos auténticas finales: la eliminatoria en la Copa ante el Cádiz, uno de los mejores equipos de la Segunda, enrachado y que viene de eliminar al Betis, y el enfrentamiento precisamente ante los verdiblancos en el Sánchez-Pizjuán, tres fechas después de empezar el reto copero en el Carranza. Caer en la Copa y perder el derbi acabaría con el proyecto, al que ya no sólo se le exige mantenerse en pie sino mostrar una notable mejoría y solvencia. Casi dos semanas de reflexión, incluidos siete días de vacaciones para los jugadores, y un ultimátum a Berizzo. Sin olvidar por supuesto otro tema que se tratará este viernes: hay dinero, hay que fichar más pronto que tarde y algunos deben dejar hueco en el plantel para las incorporaciones.