Luces encedidas y gradas apagadas

Extraño ambiente en Nervión, con el Gol Norte en silencio, los Biris intentando introducir su pancarta, el resto entonando la canción más identificativa del grupo, miles de pegatinas de ‘Yo soy Biri’ y división final en el graderío en torno a la figura de José Castro, acusado por los ultras de «marioneta»

05 feb 2017 / 18:11 h - Actualizado: 05 feb 2017 / 18:26 h.
"Sevilla FC","Biris","Javier Tebas","José Castro"
  • Aficionados sevillistas durante el partido ante el Villarreal, este domingo. / J. Barrera
    Aficionados sevillistas durante el partido ante el Villarreal, este domingo. / J. Barrera

Se barruntaba en las horas previas algo de lío en las gradas del Sánchez-Pizjuán. Finalmente no lo hubo, pero el otro partido jugado en Nervión, el de la afición, deparó multitud de detalles significativos. Para empezar, los Biris Norte intentaron introducir en el estadio sus pancartas, prohibidas por el Sevilla por mandato policial. No pudieron, pero sí algún que otro hincha en otras zonas del estadio: fue obligado a retirarla. Los aficionados del Gol Norte permanecieron sentados y callados durante 90 minutos, para justo después del final del choque acusar a viva voz a José Castro de «marioneta». La respuesta del resto del estadio se dividió entre quienes pitaron tal cántico y una mayoría que no tomó partido.

El ambiente fue raro en uno de los estadios más animados de España. Hubo cánticos y palmas, pero no fue lo mismo. Es más, en el minuto inicial del partido la gran mayoría entonó un viejo cántico sobre «la peña Biri-Biri», en clara señal de apoyo simbólico a la tradicional agrupación de sevillistas, manchada por los violentos y criminalizada por estos y por la Comisión Antiviolencia. Todo ellos aderezado con 40.000 pegatinas con el lema ‘Yo soy Biri’ que una gran número de hinchas llevaba pegada en la solapa de sus abrigos. Todos están con el llamado espíritu Biri y sólo unos pocos con los gamberros. No parece tener solución un problema que tiene multitud de aristas, a los dirigentes del club acorralados y maniatados por la Policíacomo ya se explicó en 2015 en este periódico– y a los ultras no violentos sin saber cómo dejar de lavarse las manos ante los violentos, que lo seguirán siendo entren o no en el Sánchez-Pizjuán las pancartas y las banderas de los Biris, entren o no ellos al estadio. Que nadie lo dude.

Un día tan raro en Nervión que hasta el Sevilla se quedó sin marcar, algo tan extraño como ver el Gol Norte callado y sentado o las luces del estadio encendidas al mediodía de una jornada soleada en Sevilla. Así lo manda la LFP, para gozo de Endesa. Todo del revés. Los únicos que salieron ganando este domingo fueron el empresa eléctrica y quienes quieren ver Nervión sin magia. Algunos de ellos, sevillistas.