La hora de la verdad ha llegado y la cuenta atrás ya marca solo cinco días para el cierre del mercado veraniego. Comienza la semana decisiva en la que el Sevilla debe dejar confeccionada una plantilla de garantías con la llegada de al menos tres hombres que eleven el nivel actual.
El conjunto hispalense ha tocado y se ha interesado por muchos jugadores, algo normal en los mercados. Ha sondeado muchas y variadas opciones buscando lo que mejor se ajuste al juego y al equilibrio financiero del club.
Si en la ventana de traspasos de la pasada campaña se llegó al mayor traspaso en la historia del Sevilla con la llegada de Muriel a cambio de algo más de 20 millones, en la cabeza de José Castro, presidente de la entidad, y de los máximos mandatarios nervionenses estaba la idea de que durante este verano se superaría esa inversión realizada por el jugador colombiano e incluso se duplicaría, como será el caso en el traspaso de Mariano Díaz.
Los blanquirrojos ya llegaron a ofertar 40 millones al Chelsea por Batshuayi y, finalmente, serán ingresados por el Olympique de Lyon. Si nada se tuerce y sigue el camino previsto, el delantero formado en las categorías inferiores del Real Madrid firmará cinco temporadas como sevillista tras alcanzar éste un acuerdo con el club andaluz hace varios días. La otra parte a la que faltaba por convencer era al club francés, que aceptó en el día de ayer dar luz verde a la operación tras escuchar los deseos de Mariano por partir rumbo al Sánchez-Pizjuán.
Otra de las partes beneficiadas será el Real Madrid, ya que el club capitalino se guardó un 35% de una futura venta cuando traspasó al jugador al Lyon el curso pasado a cambio de ocho millones. Ese porcentaje equivale a unos 12 millones de los 40 que percibirá el equipo lyonnes. Así pues, Pablo Machín tendrá un nuevo jugador que se adapta al perfil que demandaba el técnico soriano para el ataque y una delantera de categoría con André Silva y Mariano. Faltaría por resolver el futuro de Ben Yedder, más fuera que dentro del club.