Más vale que Montella lo vea claro...

El Sevilla puede dar un golpe de mano a la temporada en la final de la Copa, aunque para ello necesita, como mínimo, recuperar el aliento, por más que se juegue mucho el martes en Riazor

14 abr 2018 / 20:06 h - Actualizado: 14 abr 2018 / 20:12 h.
"Sevilla FC","Vincenzo Montella"
  • Los jugadores del Sevilla se conjuran antes del encuentro contra el Villarreal. / Manuel Gómez
    Los jugadores del Sevilla se conjuran antes del encuentro contra el Villarreal. / Manuel Gómez

Siete días. Este es el plazo que tiene el Sevilla para recuperar el aliento, despejar por completo su mente y centrar todos sus esfuerzos en la final de la Copa del Rey. Llegar medio preparado es el requisito mínimo que debe cumplir el equipo de Vincenzo Montella en el Wanda Metropolitano si quiere tener alguna opción ante el Barcelona tras lo visto este sábado.

Las fuerzas no sólo no sobran sino que escasean, apenas hay tiempo para preparar a conciencia los partidos y la temporada empieza a hacerse muy larga para algunos de los jugadores llamados a liderar al Sevilla en una cita en la que puede cambiar de un plumazo su temporada si consigue derrotar al escuadrón de Messi y compañía: título de campeón y acceso asegurado a la Europa League.

Hay tanto, tantísimo en juego que la única opción de llegar con aspiraciones al Metropolitano es que Montella lo vea claro: urge como nunca dar descanso a ese once tipo que ante el Villarreal demostró orgullo para empatar un 0-2 pero, al mismo tiempo, evidenció una preocupante falta de frescura.

No era para menos después de haberse dejado la piel en Múnich tan sólo tres días antes. Muriel y Sandro fueron las dos únicas caras nuevas en la formación titular respecto a la que salió frente al Bayern. El colombiano apenas apareció, Ben Yedder duró un suspiro por su expulsión y Sandro, que arrancó como extremo, les comió terreno hasta el punto de que no sería descabellado situarle en punta de lanza contra el Barcelona si los problemas musculares que le obligaron a dejar el campo se lo permiten. No hay noticia de lo contrario.

Pero antes, el martes, el Sevilla deberá visitar Riazor con la clasificación para la Europa League en el aire. ¿Es una final? No. La verdadera final se disputa el sábado en Madrid. Es allí donde deberán salir los once mejores, esos que, junto a otros contados compañeros, permitieron al Sevilla firmar una excelente Copa y Champions una más que brillante. La Liga, pese a las urgencias, puede esperar. Todo lo que no sea dar respiro y de verdad a Banega, Nzonzi, Sarabia, Franco Vázquez, Escudero, Lenglet y compañía ante el Dépor supondrá un gran regalo para el Barcelona. El conjunto gallego y la Liga merecen respeto, sin duda, pero no más que una finalísima con tanto en juego.