Mejor con 10 jugadores que con 11

Después de la expulsión de Banega, el equipo jugó a algo que sí les suena a los aficionados sevillistas.

Juanmi Vega @Juanmivegar /
11 feb 2019 / 11:33 h - Actualizado: 11 feb 2019 / 13:37 h.
"Sevilla FC","Banega","Sarabia"
  • Ever Banega se marcha expulsado del campo. / EFE
    Ever Banega se marcha expulsado del campo. / EFE

Petardo gordo en Nervión el vivido ayer con el partido de un equipo que no está, y lo peor es que ni se le espera, ante un Eibar que supo jugar con el Sevilla. Es curioso que en la primera parte, en el fortín de los rojiblancos, el Eibar tuviese más posesión que el Sevilla. Parecía que los sevillistas estaban viviendo un Déjà vu de lo ocurrido hace diez días.

Como curiosidad, el Eibar tiene una vinculación histórica con el Barcelona, de hecho visten con los mismos colores que los catalanes porque cuando se fundó el club, la federación entregó camisetas del Barcelona al equipo. El utillero del Eibar descosía los escudos del Barcelona y cosía los suyos. Esa es la única conexión con el lider, porque el fútbol que hacen los guipuzcano no se les parece en nada, aún con eso, el Sevilla salió con miedo, temeroso. Sin control.

Ya saben perfectamente lo que ocurrió en el partido: los dos goles del Eibar, la expulsión de Banega, los goles de Ben Yedder y Sarabia sobre la bocina. Pero lo realmente digno de estudio es el tema del físico. En los últimos minutos del partido se vio un Sevilla de antaño, de cuando se lo creía, de cuando todos iban a una. Tuvo que salir un chaval de 17 años para recordar cómo se juega al fútbol.

Se habla de Banega y Sarabia que han jugado muchos minutos esta temporada. Es cierto, los datos y las estadísticas están ahí. Ambos jugadores comparten estadísticas y problemas contractuales, porque los dos están negociando un alza en sus emolumentos y su renovación. Pero otros compañeros también comparten minutos jugados y no se ve el bajón tan grande en su rendimiento.

Otros compañeros

Ben Yedder está a poco más de 50 minutos para igualar las estadísticas de Sarabia. O André Silva, que aunque lleva unos partidos sin marcar, es indispensable a la hora de hacer la primera presión en campo rival y de bajar el balón. El portugués ha jugado casi 200 minutos más que el madrileño.

Desde hace unos partidos, Banega y Sarabia no están rozando su nivel. Ese nivel por el que pedían un aumento considerable en su salario. Banega lleva muchos partidos sin estar y Sarabia igual. La diferencia de los dos de ahora con los de principio de temporada es abismal.

Se echa mucha culpa a Sarabia, de hecho ayer, cuando el cuarto árbitro mostró por error su dorsal en la tablilla de los cambios, el estadio le dedicó una sonora pitada. En cambio, Banega, que se expulsó absurdamente y que se fue del estadio quitándose las espinilleras recibió un aplauso de la grada. Eso también habría que mirarlo.

Los datos son que, después de la expulsión de Banega, el equipo jugó a algo que sí les suena a los aficionados del Sevilla. Esta vez volvió a atacar por las bandas, concretamente por la de Promes y Bryan Gil. El canterano tiene una pinta de diamante en bruto pero tampoco se puede esperar que solucione todos los partidos. El holandés está demostrando su precio, no con goles pero sí con intensidad y polivalencia.

La enfermería se vacía

Lo bueno es que el Sevilla está recuperando a todos los que estaban en la enfermería, a excepción de Nolito. Lo malo es que no tiene tiempo para que cojan ritmo de competición. Durante este mes se juega buena parte de sus aspiraciones, tanto en liga como en Europa League.

Lo que más se escucha es que Machín tiene mucho trabajo por delante. Llevamos con esa frase toda la temporada. Quizás lo que Machín necesite sean bemoles para pegarle un banquillazo a Banega y a Sarabia con bronca incluida, tal y como hizo con el Mudo Vázquez por su expulsión ante el Leganés. Al primero de ellos por perder balones que han costado puntos y por no estar. Al segundo porque no es ni la sombra de lo que era hace unos meses.