Con la prudencia necesaria pero con evidentes argumentos para al esperanza bajo el brazo, el Sevilla de Vicenzo Montella se presentó en sociedad en un Ramón de Carranza donde selló medio billete para los cuartos de final de la Copa del Rey y ofreció razones a su hinchada para creer en una vida nueva con el año 2018. Eso quería el club nervionense al cambiar de técnico en circunstancias nada agradables. Por ahora, en su debut, el técnico italiano dejó ver a un equipo más rápido, más sólido y más ordenado, lo que le dio para maniatar a un Cádiz peleón y que sólo asomó la cabeza cuando el Sevilla levantó el pie del acelerador en el tramo final de un choque que ya habían dejado en franquía Nolito y Navas en la primera parte.
Bajo el mismo 1-4-3-3 que solía disponer Eduardo Berizzo, el Sevilla tocó mucho más rápido, mantenía el orden con y sin balón e incluso salía rápido a la contra y ponía en acción jugadas ensayadas. Un mundo para los primeros 45 minutos por mucho que estuviera enfrente un equipo de la Segunda como el Cádiz. Para tan evidente mejoría era esencial un hombre: Steven Nzonzi. El francés, hablando estrictamente de lo deportivo, debe jugar siempre. Lo agradece el equipo y un Banega que tiene a un amigo al lado en lugar de sólo al batallador Pizarro. Si quieren sancionar al francés, busquen otras fórmulas (que las hay) diferentes a pegarse un tiro en el propio pie.
Es muy pronto para sentar cátedra sobre Montella, pero al menos su primera puesta en escena fue esperanzadora. Sabía el italiano que era un día importante y puso en liza un once plagado de titulares. Nolito marcó y disparó al poste, Navas parecía el de antaño por el carril diestro, Escudero se puso de gol y Sergio Rico vivió plácidamente entre los palos hasta el descanso. Y hasta paró un penalti al final.
Ese intento de rapidez en el toque se vio desde el principio y el Cádiz no sabía ponerle freno. Antes del minuto diez, Nolito ya había adelantado al Sevilla. Banega lo vio por la izquierda, el gaditano recibió en el pico del área y amagó con centrar: todos picaron, por lo que su disparo pegado al primer palo ni lo tapó Correa ni lo detuvo Yáñez. El equipo de Montella se gustaba y las pérdidas en el centro del campo eran siempre abortadas por un repliegue inteligente o por los centrales, que siempre podían con el impetuoso Barral. Además, los de Álvaro Cervera cometieron graves fallos individuales, como en el 0-2: un pase de más de 40 metros de Kjaer que no acertó a despejar Brian y que permitió, aunque escorado, a Navas encarar y batir de tiro cruzado al portero cadista.
Fue un golpe moral al equipo amarillo, que empezó a presionar de forma aún más desconcertada, permitiendo jugadas rápidas en busca de Muriel y Navas. El colombiano, en otro balón a la espalda de la defensa, cogió el balón en el área y centró hacia Nolito, que esta vez envió al poste. Hasta los laterales se asomaron más al ataque: Escudero disfrutó de un mano a mano con Yáñez, muy parecido al de Navas, en el que el pucelano salió perdedor.
En definitiva, una primera parte con evidente mejoría aunque sin dar de alta al enfermo todavía. El rival y las muchas cosas por mejorar obligan a la prudencia. Una de esas cosas es el rendimiento de Muriel, quien nada más arrancar la segunda mitad se puso de gol ante Yáñez y envió al muñeco medio cayéndose. A veces es la ansiedad y otras la falta de claridad dentro del área, lo que reconoció Montella hace unos días que debe mejorar. El desarrollo del partido era casi calcado al de la primera mitad, con la salvedad de dos tímidos intentos del Cádiz. En uno de ellos Aitor hizo que Sergio Rico realizara su primera parada. Nzonzi y Banega, presumiblemente titulares en el derbi –Pizarro está sancionado–, seguían controlando la medular y el Sevilla, así, mantenía el control absoluto.
Cervera logró algo de presencia arriba con Álvaro, mientras que Montella dio rodaje a Ben Yedder y a Franco Vázquez, dos que apuntan a titulares ante el Betis. El Sevilla bajó el pistón y se creció un Cádiz que encontró su oportunidad en un derribo de Rico a Álvaro dentro del área. Pero Salvi encontró una espectacular mano del portero sevillista, ayudado al final por el poste. El gol hubiera dado emoción a la vuelta, aunque desde el Sevilla se tira de prudencia: no todo está corregido ni la eliminatoria está ganada.
FICHA TÉCNICA
Cádiz CF: Yáñez; Correa, Marcos Mauro, Villanueva, Oliván; Garrido, Álex Fernández, Perea; Moha (Nico, m.81), Aitor (Salvio, m.69); y Barral (Álvaro, m.69).
Sevilla FC: Rico; Corchia, Kjaer, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Pizarro, Banega (Vázquez, m.73); Jesús Navas (Sarabia, m.84), Muriel (Ben Yedder, m.65) y Nolito.
Goles: 0-1, M.08: Nolito; 0-2, M.22: Jesús Navas.
Árbitro: Mateu Lahoz (del colegio valenciano). Amonestó con cartulina amarilla a Marcos Mauro, Villanueva, Álex, Aitor, Kjaer y Lenglet.
Incidencias: Partido de octavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Ramón de Carranza. Asistieron 17.692 espectadores. Realizó el saque de honor el vigente campeón del mundo de muay thai, Carlos Coello. EFE