Mitin el día del
Pregón (2-1)

Horrible partido de un Sevilla sin motivación. Falló Rico en el 1-0, Sarabia fue expulsado y Montella apenas varió su idea. Europa se aprieta

18 mar 2018 / 13:42 h - Actualizado: 18 mar 2018 / 23:03 h.
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  • Sergio Rico, desolado tras encajar el segundo gol del Leganés en la segunda parte. / Efe
    Sergio Rico, desolado tras encajar el segundo gol del Leganés en la segunda parte. / Efe

El Sevilla sigue en Manchester. Así lo demostró este mediodía en Butarque, donde fue derrotado por el orden y la intensidad de un Leganés que ni siquiera se inquietó con el gol de Layún en el 91’. Los de Asier Garitano ya habían hecho su trabajo, con dos tantos de Bustinza y Eraso, suficientes para condenar la lentitud y falta de prestancia de los de Vincenzo Montella, quien no tiró de plantilla para un partido de difícil motivación tras Old Trafford. Desde el primer momento se vio que no había mucho ímpetu en el once inicial. Sólo descansaron Mercado, Muriel y Correa (éste por obligación). Únicamente Nzonzi mantenía el nivel. Banega deambuló por el césped, Nolito intentó sólo dos jugadas en cada tiempo y fracasó en todas, Ben Yedder tocó poquísimos balones, Franco Vázquez jugó como si estuviera en un calentamiento y los laterales no aportaron absolutamente nada en ataque, salvo la penúltima jugada, con un buen derechazo de Layún, que marcó su primer tanto como sevillista.

Sólo Sarabia, tras la única combinación rápida de los sevillistas, acabó disparando a puerta en la primera parte, pero demasiado flojo, por lo que Cuéllar la desvió estirándose. Tampoco el Leganés hacía mucho, quizás con demasiado respeto al Sevilla. Al principio Amrabat tuvo la más clara, cuando Sergio Rico se quedó a media salida y Lenglet tuvo que salvar en la línea el tiro del marroquí, bien asistido por Omar Ramos. No funcionaba el Sevilla y no era por cansancio físico, sino mental. Pero Montella no quiere saber nada del banquillo, por lo que el problema era evidente. Además, el Sevilla se fue al descanso con el castigo del 1-0, merecido por su parte y exagerado quizás por los méritos de los de Garitano. Un córner en el 41’ lo cabeceó forzado Bustinza y su remate bombeado se le coló por encima y por el centro de la portería a un Sergio Rico de 195 centímetros que reaccionó tardísimo.

Tenía 15 minutos Montella, los del descanso, para hacer espabilar a sus jugadores o para idear cambios. El equipo echaba en falta a Banega y sólo Nzonzi conectaba con algunos de los de arriba. También el Mudo, pero el argentino necesitaba cuatro jugadas para acertar en una. No había rapidez ni profundidad. Y eso, ante un Leganés muy férreo en defensa era un pecado capital, más aún cuando estaban cantados los derroteros por los que transcurriría el partido. Con 1-0 y medio partido consumido, el plan pepinero se iba a intensificar. Remaba el Sevilla a contracorriente, otra vez. Y eso no se le da nada bien.

El Lega le dejó el balón a un Sevilla impreciso y que se limitaba a tocar en horizontal. Realizó tres llegadas medio peligrosas, pero sólo Layún probó a Cuéllar. La acumulación de hombres blanquiazules era suficiente como para nublar al conjunto de Nervión, lento y previsible. Una muestra más de lo importante que es para este equipo, sobre todo ante rivales muy sólidos en defensa, no encajar primero. Nolito no se iba de nadie y Montella le dio media hora por esa banda a Sandro. Tampoco surtió efecto. De hecho, la falta de intensidad sevillista amenazaba con darle la posibilidad al Leganés de sentenciar en alguna jugada rápida a la contra. Y eso hizo Borja Eraso, rematando a la primera un pase certero desde la izquierda de Diego Rico.

Faltaban 20 minutos y fue cuando entró Muriel. Esta vez Montella cambió de dibujo, colocando al colombiano junto a Ben Yedder y dejando al otro delantero, Sandro, por la banda izquierda. Pero era tarde. El problema del Sevilla, más allá de la poca intensidad de muchos jugadores, era la falta de fluidez, velocidad y habilidad cuando se aproximaba al área y encontraba muchos futbolistas rivales. La derrota era innegociable, pese al tanto postrero de Layún, de buen disparo cruzado ante Cuéllar. Y así acabó un partido en el que, para colmo, Sarabia fue expulsado por doble amarilla, y que confirmó los pronósticos: el Sevilla sólo tiene ojos para la Copa del Rey y para la Champions League. Pero debería tener uno puesto en el Girona, el Villarreal, el Betis, el Celta y el Getafe. A este ritmo, en nueve partidos le quitan el pasaporte.

FICHA TÉCNICA

CD Leganés: Cuéllar; Zaldua, Bustinza, Siovas, Diego Rico; Rubén Pérez, Gabriel (Gumbau, min.91); El Zhar, Omar, Eraso; y Amrabat (Beauvue, min.89).

Sevilla FC: Sergio Rico; Layún, Kjaer, Lenglet, Escudero (Arana, min.78); Nzonzi, Banega; Nolito (Sandro, min.62), Sarabia, Vázquez (Muriel, min.72); y Ben Yedder.

Goles: 1-0, min.41: Bustinza 2-0, min.68: Eraso. 2-1, min.91: Layún.

Árbitro: Alberola Rojas (Comité manchego). Amonestó Escudero (40’), Amrabat (66’), Siovas (77’) y Nzonzi (80’). Expulsó por doble amarilla a Sarabia (74’ y 84’).

Incidencias: encuentro correspondiente a la jornada veintinueve de LaLiga Santander, disputado en el estadio de Butarque ante la presencia de 10.037 espectadores.