Menú

Moscú aún esconde oro

El Sevilla, sin rotaciones a la vista, rinde visita al siempre difícil Spartak

17 oct 2017 / 05:29 h - Actualizado: 16 oct 2017 / 22:55 h.
"Sevilla FC","Previa Sevilla","Champions League","Banega","Sergio Escudero","Sarabia","Eduardo Berizzo","Muriel","Nolito","Simon Kjaer"
  • Los jugadores del Sevilla, bien abrigados, se entrenan en el escenario del choque de esta noche, el flamante Otkrytie Arena de Moscú. / Sergei Iltnisky (Efe)
    Los jugadores del Sevilla, bien abrigados, se entrenan en el escenario del choque de esta noche, el flamante Otkrytie Arena de Moscú. / Sergei Iltnisky (Efe)

En pocos lugares la historia de un país ha marcado tanto a los equipos como en Rusia, donde esta noche vuelve a jugar el Sevilla en la Liga de Campeones. Tras visitar al Zenit de San Petersburgo y en Moscú al Torpedo, al Lokomotiv y al gran CSKA, los nervionenses se miden hoy al equipo del pueblo. El Spartak, del que cuentan los rusos que fue el club que menos apego tuvo al poder soviético en la larga travesía comunista y que, por tanto, más simpatías despertó entre la población. Una entidad, por tanto, proclive a cierta rebeldía. La que intenta el Sevilla en la máxima competición de Europa. Tras rebelarse en todos los torneos menos en la Champions en este eufórico siglo XXI, el equipo hispalense invoca a sus dioses para hacer ruido, de una ver por todas, en este torneo en el que también ha empezado con buen pie.

Para ello debe pasar una fase de grupos que encauzaría enormemente sacando tres puntos del flamante y difícil Otkrytie Arena, una de las sedes del inminente Mundial de Rusia 2018. Inaugurado en 2014, es la base de operaciones del nuevo Spartak de Moscú, campeón de Rusia después de 16 años. Y es que al equipo del pueblo, al revés que al Sevilla, se le ha atragantado la llegada del siglo XXI. De la mano del italiano Massimo Carrera, discípulo de Antonio Conte, uno de los técnicos de moda en Europa, el Spartak vuelve a ser ambicioso y quiere ser alguien en Europa. Sacó un empate de Eslovenia ante el Maribor y resistió como pudo las embestidas del Liverpool en Moscú. Un partido que evidenció lo difícil que es meterle mano al Spartak en su casa aunque seas superior a él. Con un sistema muy defensivo, el plan de Carrera es desesperar al habitualmente lento Sevilla, que deberá hilar muy fino –frente al Liverpool el italiano dibujó en la pizarra un elocuente 1-5-4-1 con el brasileño Adriano como aislada referencia en el ataque–.

Tras un dubitativo comienzo, el Spartak comienza a desperezarse y es cada vez más sólido, ya con dos de sus puntales en forma: Denis Glushakov y el holandés Quincy Promes. El Sevilla, por su parte, ha comenzado más fuerte que de costumbre en defensa pero con evidente debilidad en ataque, algo que no le ha privado de acumular puntos tanto en la Liga como en la Champions, aunque sufra muchísimo en citas importantes. Tras el fiasco de Bilbao, la lupa está puesta en Eduardo Berizzo, sus rotaciones y sus cambios. Hombres como Banega, Escudero, Sarabia, Nolito y Mercado apuntan a novedades en un once en el que Pizarro hará de N’Zonzi y donde parece que sí podrá jugar un Kjaer que se entrenó ayer con el resto del grupo en el escenario del partido –si es reservado, Mercado haría de pareja de Lenglet en el centro–. Arriba, en el inamovible 1-4-3-3, Luis Muriel y Ben Yedder se disputan la plaza, con perspectivas de que sea el francés quien repita en el once y el colombiano salga de inicio en Mestalla el sábado.

Con el concurso casi obligado de Glushakov y Promes, una de las novedades del Spartak podría ser el central italiano Bocchetti, que actuaría por el centro junto al alemán Serdar Tasci y al ruso Georgi Dzhykiya en la esperada defensa de cinco. Pasalic, uno de los jugadores destacados –cedido por el Chelsea–, podría quedarse en el banquillo inicialmente, mientras que siguen de baja Roman Zobnin y el delantero caboverdiano Ze Luis. El veterano brasileño Luiz Adriano, es indiscutible en la punta.

Dicen que Moscú es una de esas ciudades que nunca duermen, ideales para perderse. El Sevilla, que ya ayer hizo turismo, deberá estar bien despierto para intentar ganar y ponerse a un paso de los octavos de final.