Steven Nzonzi se ha convertido en uno de los grandes nombres propios de la actualidad del Sevilla en las últimas fechas. Y no lo sido precisamente por ese fútbol que le ha encumbrado como uno de los mejores jugadores del plantel nervionense, llevándole incluso debutar con la selección de su país.

La derrota sufrida en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona dolió profundamente a la afición y ésta, apenas unas horas después de asistir a ese sonrojo, se encontró con que Nzonzi había sido visto en una discoteca esa misma noche. El centrocampista tuvo que salir al paso para explicar lo ocurrido a través de los medios oficiales del club.

Sin embargo, el enfado con él no cesó. Es más: aumentó después de ver nuevas fotografías del jugador en bares de copas el pasado viernes, justo antes del partido que el equipo disputó y perdió en el campo del Levante. Nzonzi no había viajado con la expedición a tierras valencianas. La versión oficial es que tenía molestias en el tendón rotuliano y se quedó fuera de la convocatoria. No se dijo nada, en cambio, del expediente que el club le había abierto.

En su presentación, Joaquín Caparrós reconoció que se tenía «preparada» la pregunta sobre la situación de Nzonzi. «Tengo que verle la cara al futbolista y si le brillan los ojos, entonces sí. Dependiendo de si parpadea mucho o no, de las sensaciones, ya veré. Primero tengo que hablar con él», explicó.

Pues bien. Al regreso del futbolista de Inglaterra, donde estuvo el pasado domingo con permiso del club, Caparrós se reunió con él. Fue en la ciudad deportiva. Experimentado en estas lides, el técnico sabía qué teclas debía tocar. Además de hablar con Nzonzi cara a cara, Caparrós se rodeó de pesos pesados. El francés pidió perdón y mostró sus ganas de ayudar al equipo en los cuatro partidos que restan. Nzonzi se ejercita desde entonces como uno más.

DOS CIRCUNSTANCIAS. El Sevilla recibe este viernes a la Real Sociedad y habrá que ver lo que ocurre. ¿Mantendrá Caparrós a Nzonzi el estatus de titular o le dejará fuera? En este sentido, hay dos circunstancias a tener presentes: por un lado, el recibimiento que la afición pueda dispensar al futbolista tras lo ocurrido; y por otro, la fe que el nuevo técnico tiene en un centrocampista como Roque Mesa, si bien tampoco se trata de cambiar hombre por hombre necesariamente. La respuesta, cuando salga a la luz el primer once del utrerano.