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Pablo Blanco, Antonio álvarez, Manolo Cardo, el presidente Castro, Curro Sanjosé y David Castedo, posan en el acto con los Fieles de Nervión. / Manuel Gómez
El Sevilla no sólo se ha hecho célebre como equipo de fútbol en este siglo XXI, sino que como club de socios que comparten una misma pasión, la entidad nervionense se ha hecho acreedora de numerosas felicitaciones por la forma que tiene de rendir tributo a su pasado y a su gente. Ayer fue el turno de una nueva edición de uno de los actos más significativos de la agenda social sevillista: el día en que el club rinde homenaje a sus socios más leales. Los Fieles de Nervión los llama el Sevilla, que ha querido celebrar el homenaje justo al final de al temporada y casi que comienzo de la siguiente.
Precisamente un momento en el que al sevillista, como cada año, le vuelven a bombardear con noticias no tan fáciles de asimilar: la posible salida de algunos de sus jugadores más queridos. Fue la de ayer, por tanto, una oda a la fidelidad más oportuna que nunca. «Sólo el escudo, la bandera y la afición son imprescindibles», ha recordado más de una vez el actual presidente, José Castro, quien también está conjugando últimamente el verbo fidelizar con el claro propósito de evitar una guerra accionarial tras la salida de prisión del expresidente José María del Nido Benavente, quien mantiene constantes reuniones con accionistas importantes para testar el grado de compromiso con los actuales rectores del club.
La fidelidad de los hinchas de Nervión está asegurada. La del resto de accionistas no está tan clara. Y la de los jugadores más destacados, con ofertas importantísimas de clubes más poderosos económicamente que el Sevilla, menos aún.
«Un club es el reflejo de la voluntad de su gente, de la ambición de su afición que no se empacha de gloria. Sois vosotros los que nos dais energías para construir un Sevilla cada vez más grande, somos conscientes de vuestra sed de grandeza y haremos un equipo competitivo invirtiendo en el césped. La clave es el hambre y la ambición que se transforman en realidad. No necesitáis resultados para estar con nuestro Sevilla, lo habéis demostrado en las duras y no sólo en las maduras», espetó José Castro anoche ante más de 2.500 invitados que escuchaban atentos sobre el césped del Sánchez-Pizjuán. No hizo falta que el presidente recordara que exigirá las cláusulas de Vitolo y N’Zonzi, ni que pronunciara los nombres de Nolito o Jesús Navas para ilusionar a su tropa, ya que según el máximo mandatario nervionense la base de todo es el ímpetu de ganar del sevillismo.
Tampoco pronunció el nombre de Lucasz Teodorczyk, delantero del Anderlecht que ha sido vinculado con el Sevilla en los últimos veranos y que en este de 2017 podría dar el salto de verdad a Nervión. Reconoce el interés el agente del jugador, que a sus 26 años (30 goles en 53 partidos oficiales esta temporada) está en el momento óptimo para dar el salto a un grande: «Es verdad que el Sevilla quiere a Teodorczyk, pero por el momento no puedo dar más detalles. Ahora los clubes tantean a muchos jugadores. Lucasz se siente bien en el Anderlecht y si saliera sería por una gran oferta». Eso es lo que espera el club belga, que acaba de hacer efectiva la compra del ariete (1,85 metros de altura) por 4,5 millones.
Y de uno que podría llegar a uno de los que podrían salir del Sevilla, N’Zonzi. Desde Italia insisten en que el jugador, que ya habló con la Juventus en enero antes de renovar con el club hispalense, le ha dado el sí a los italianos, quienes también tenían en su punto de mira a Tolisso (Olympique de Lyon), que acaba de ser fichado por 40 millones por el Bayern de Múnich. De momento, al margen de los salientes por cumplir su cesión, el único movimiento en el Sevilla es la llegada de Eduardo Berizzo. Queda un mundo, pero los fieles al Sevilla siempre serán los mismos.