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Escudero llama la atención de N’Zonzi en el entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva. / Manuel Gómez -
Posibles alineaciones de ambos equipos.
Cuando el 21 de agosto el Sevilla y el Espanyol deleitaron al público del Sánchez-Pizjuán con diez goles en la jornada inaugural de la Liga muchos sevillistas se llevaron las manos a la cabeza. Unos por el espectacular despliegue ofensivo del equipo del recién estrenado Jorge Sampaoli. Otros por la tremenda debilidad defensiva exhibida ante un rival que llegó mucho menos a la portería que los nervionenses pero que asustaron en varios tramos del partido. Hoy, cinco meses después, apenas quedan incrédulos con el Sevilla de Sampaoli. El técnico argentino, que entonces dispuso sólo dos defensas centrales, ha diseñado un Sevilla camaleónico que ha ido sorprendiendo a rivales durante estos meses. A veces con un sistema ultra ofensivo, parecido al de entonces. Otras, asegurando un entramado en el centro del campo en busca de mayor estabilidad defensiva.
Así es el Sevilla de Sampaoli, capaz de mudar la piel según el rival de turno. Incluso lo provoca el técnico argentino en el transcurso de los partidos. Segundo en la tabla y cada vez más convencido de que se puede llegar a pelear por el campeonato en las jornadas finales, el cuadro nervionense sabe que no puede aflojar el tremendo ritmo de puntuación en su segunda salida consecutiva. Los 42 puntos que atesora el club hispalense en la clasificación son gracias, en buena parte, a su reactivación como visitante tras una malísima temporada pasada en este aspecto. Tras ganar con sufrimiento ante el Osasuna la pasada semana, el Sevilla visita a uno de los rivales que mejor se le dan históricamente a los de Nervión pero que le pondrá en mayores aprietos, casi sin duda.
Para el encuentro, Sampaoli recupera a un Nasri que se perdió el viaje a Pamplona y que será titular. No ha querido el técnico argentino forzar a Vitolo, al que quiere mimar de cara a la eliminatoria Champions de dentro de un mes ante el Leicester. El francés sustituye en la lista a un Kiyotake con cada vez más cara de enfilar la puerta de salida para darle cabida a Montoya, recién fichado y que llegará en las próximas horas a la capital hispalense.
Tan camaleónico es este Sevilla del amateurismo que se hace difícil adivinar si Sampaoli apostará por un esquema valiente al máximo –tres centrales y dos delanteros– o volverá a apostar por un dibujo más recatado –Iborra cerca de N’Zonzi y línea de cuatro atrás–. Mercado, uno de los fichajes de mayor rendimiento y que se quedó fuera en Pamplona, es la clave, ya que parece poco probable que Rami o Pareja se queden fuera y que uno de los dos laterales deje su sitio al exdefensor del River Plate.
El sustituto de Vitolo, dada la nutrida nómina de centrocampistas, se la disputan, en teoría, un Jovetic que ha entrado con magnífico pie en Nervión y un Sarabia que cada vez que tiene la oportunidad cuaja buenos minutos. Los últimos, en El Sadar. Se lo pelean los dos porque parece del todo improbable que Franco Vázquez, ojito derecho de Sampaoli, se vaya a quedar en el banquillo de inicio. Arriba parece inamovible Ben Yedder, con Vietto relegado al banco desde hace semanas.
El Espanyol, avasallado por el Sevilla en agosto, no sabe aún si tirará hacia arriba o hacia abajo en la clasificación, pero amenaza con no dejarse amedrentar con la imponente marcha sevillista. Un Espanyol con Reyes –exsevillista– y Gerard Moreno –sonó para el Sevilla– como mayores referencias en ataque –Caicedo y Baptistao están lesionados– y que acaba de respirar tras un mal inicio de 2017. Si el Sevilla quiere seguir la estela de los dos grandes e igualar el récord de seis victorias seguidas en la Liga no puede dormir hoy la siesta. Comienza una segunda vuelta ilusionante.