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Jorge Sampaoli, esta mañana. / Manuel Gómez
Había expectación por conocer las impresiones de Jorge Sampaoli tras la mala racha de su equipo y después del adiós de Monchi, quien apostó por él en verano. El argentino no se escondió y puso sobre la mesa del Sevilla sus cartas: «Ha sido una conmoción para toda la ciudad. Tuve un par de reuniones con el presidente, hablando de generalidades y pensando en la salida de Monchi. Ahora se verá cuál es el proyecto. Me prometió que tendremos una reunión para ver si yo puedo ayudar de cara al futuro o no. Ahí estará el vínculo que nos pueda unir o separar. Dar un paso más con respecto al proyecto de este año, tras haber adquirido muchos nombres propios jóvenes. La idea es que el segundo año la apuesta sea mucho mejor, quiero aspirar a cotas más altas».
Tras dejar la puerta abierta para su salida –aunque dijo no saber nada de Argentina ni de la AFA–, Sampaoli centró toda su atención en la visita del Sporting. «Estamos expectantes e ilusionados con jugar un buen partido y volver a conseguir una victoria. Estoy feliz por la consolidación de los futbolistas en estas dos semanas, predispuestos a recuperar la forma, la identidad y todo lo que tiene que ver con lo que nos llevó a estar donde estamos ahora, una tercera posición histórica para el club. Hay que volver a disfrutar en los partidos, con valentía, intensidad y coraje, disfrutando del ataque. El reto es jugar bien, encontrar la luz que nos permita ser ese equipo que iba a por los rivales», aclaró el preparador argentino, quien charló en el entrenamiento con Óscar Arias, principal candidato a sustituir a Monchi.