Razones para creer en el Sevilla

El equipo de Emery llega al parón tras un balón de oxígeno crucial. Tras la pausa, recuperará a varios jugadores importantes. El triunfo ante el Barça regenera la confianza en que el técnico dé con la tecla que haga, al fin, funcionar al equipo.

05 oct 2015 / 10:17 h - Actualizado: 05 oct 2015 / 20:04 h.
"Sevilla FC","Unai Emery"
  • Iborra, autor del 2-0 contra el Barça, corre junto a varios compañeros / Manuel Gómez
    Iborra, autor del 2-0 contra el Barça, corre junto a varios compañeros / Manuel Gómez

Ni el Sevilla alcanzó frente al Barcelona los niveles de excelencia del curso pasado ni los tres nuevos puntos sumados –seis ya de manera consecutiva– han solucionado del todo la crisis que estaba –está– atravesando el conjunto nervionense. Sin embargo, tanto frente al Rayo Vallecano como contra el Barça se ha empezado a ver la luz al final del oscuro túnel donde se metió el Sevilla desde comienzos de la temporada, allá por agosto. Hay razones pare creer en que los de Unai Emery tiren para arriba, empiecen a funcionar como equipo y vaya remontando el vuelo de manera progresiva.

Victorias = confianza

Los males se curan ganando. Es un dicho tan antiguo en el fútbol como real. La crisis por la que atraviesa el Sevilla no es sólo de resultados, sino también de sensaciones. Las mismas han convertido el estado de ilusión desmedida de la afición en miedo del más profundo ante síntomas graves de falta de fútbol e incluso actitud. Las dos victorias ante el Rayo y el Barça, pese al horrible partido en Turín entre ambos, dan moral para afrontar el parón con otros ojos y empezar a crecer desde una posición en la clasificación mucho más serena. Del mismo modo, los dos triunfos los consiguió el Sevilla a base de fútbol. Sin ser brillante, fue mejor que el Rayo, aunque éste le llegara a empatar un 2-0. Frente al Barça supo sufrir, se vio un cambio de actitud en los jugadores y un crecimiento notable tanto a la hora de defender por acumulación casi en su área y a la hora de atacar, especialmente en las inmediaciones del área del rival.

Solidez

Lo dijo Emery el sábado y lo decía el rendimiento del equipo ante rivales de toda índole, tanto grandes –Atlético– como pequeños –Las Palmas–: la solidez defensiva, la coordinación sin balón, apenas existía. No es que el Sevilla la haya recuperado de un plumazo, pero en cuanto Andreolli y Kolo han crecido y el centro del campo ayuda más a los laterales el equipo defiende algo mejor. Si además el portero para, como hizo Rico ante el Barça, mejor defenderá. Incluso ante la Juve se vio, dentro de la tenebrosidad del encuentro, cierto crecimiento en la última línea del equipo. A todo ello hay que añadir una presión más adelantada y mejor orquestada, lo que facilita las labores de ataque y la generación de ocasiones y goles.

Estado físico

Las lesiones no sólo han hecho que jugadores importantes no hayan estado en los últimos encuentros, sino que han exprimido a los que sí lo han hecho. El grueso de la plantilla necesita, pues, un descanso, por lo que el rendimiento físico, también puesto en duda en esta crisis, debe crecer tras el parón. La segunda parte de esta historia es la propia reaparición de hombres como Rami o Banega. Se espera, debido a la evolución de ambos, que vuelvan a tiempo para la cita de la Champions en Manchester (día 21). Incluso el argentino podría ir a Eibar (17).

Hay tiempo

La grave crisis ha hecho dudar de las posibilidades del Sevilla de avanzar en la Champions y de repetir el curso que viene en el torneo. Pese a las malas sensaciones, perder en casa de la Juve entra dentro de lo normal, por lo que los de Emery no tienen menos puntos de los que se preveían. En la Liga, sus hipotéticos competidores tampoco han arrancado bien. El Valencia sólo le saca un punto y el Atlético cinco, mientras que Villarreal y Celta, llamados a pelear y conseguir las dos plazas de Europa League tras sus fulgurantes comienzos, sí tienen siete y ocho puntos más que los sevillistas. El Sevilla siempre va de menos a más, pero sobre todo tiene tiempo para dar con el sistema ideal en el que los refuerzos puedan, al fin, brillar.