Regreso al futuro (2-1)

Triunfo vital del Sevilla ante un Spartak que sólo inquietó al final, tras marcar en una jugada polémica. Los goles de Lenglet y Banega, uno en cada parte, colocan segundo al conjunto nervionense, que se hace fuerte con doble pivote y juntando sus líneas en defensa

01 nov 2017 / 23:07 h - Actualizado: 02 nov 2017 / 17:31 h.
"Sevilla FC","Crónica Sevilla"
  • Celebración de uno de los goles del Sevilla FC. / Manuel Gómez
    Celebración de uno de los goles del Sevilla FC. / Manuel Gómez

Tenía razón Eduardo Berizzo al prever un partido muy parecido al Sevilla-Leganés. Y es que el Sevilla se impuso ayer al Spartak de Moscú con la misma receta y con el mismo resultado que el pasado sábado al conjunto madrileño. Un triunfo trabajado desde la solidez defensiva y sólo apretado por una jugada polémica. Si el fin de semana fue un penalti inexistente de Corchia a Szymanowski, anoche un control con la mano de Glushakov precedió al tanto de Ze Luis que añadía emoción a los últimos minutos. Un rato de nerviosera para el repleto Sánchez-Pizjuán, aunque sin excesivo trabajo para Sergio Rico, cuya certera salida al último balón colgado por el Spartak certificó un triunfo clave para el Sevilla.

El conjunto nervionense recupera en el grupo E plaza de octavos de final. Se coloca segundo a un punto del Liverpool gracias a una victoria justa que se supo fabricar con un evidente cambio. Se puede decir ya a los cuatro vientos: si el Sevilla de Berizzo se quedaba a medias entre el de Sampaoli y el de Emery, ayer quedó patente que el técnico argentino ha optado por la receta de Unai. Un equipo más junto, doble pivote e intento de verticalidad arriba. Le falta Vitolo, que era muchísimo en aquella época, y un delantero de un nivel al que no parece llegar Ben Yedder (Bacca y Gameiro eran mucho). Pero funciona mejor.

Con el rival muy ordenado en 1-4-3-2-1 y esperando contragolpear, Berizzo hizo pocos cambios: centro del campo apuntalado con N’Zonzi y Pizarro y Banega de enlace con un ataque muy abierto entre Nolito, Sarabia y Ben Yedder. Bajo ese dibujo, el Sevilla controlaba bien los intentos de estampida del Spartak, pero tenía que hilar muy fino para entrar en su área. Lo consiguió Banega nada más arrancar, pero su tiro cruzado sin oposición a pase de Sarabia salió desviado. Tocaba y tocaba el Sevilla, pero sin demasiada movilidad, buscando siempre a Nolito y un Sarabia más ágil y acertado que el andaluz. Otro plan no había, pues Ben Yedder no es referencia aérea para colgar balones desde las bandas y eso lo sabía el conjunto ruso, que se adelantaba a casi todos los balones rasos hacia el área.

Massimo Carrera, técnico del Spartak, sabía que tenía que presionar a los centrocampistas, sobre todo a Pizarro. Y de ello se encargaban Fernando, Pasalic y un Glushakov muy listo en cada jugada. La atención de Kjaer y Lenglet evitó algún susto, más allá de una buena parada de Sergio Rico a un lanzamiento directo de falta de Fernando. Esa fue la productividad del equipo moscovita en todo el primer tiempo, aunque tras el 1-0 el Sevilla se echó descaradamente dos pasos hacia atrás, en busca de liberar parcelas del campo plagadas de rivales. La vieja receta...

Fue el último cuarto de hora del primer acto, ya que lo más difícil lo había conseguido el Sevilla en una jugada a balón parado. Un saque de esquina que cabeceó certeramente Lenglet a la red. Llegó a tocar Selikhov, pero no evitó que el esférico entrara pegado al palo. Tenía el equipo de Berizzo el partido donde quería: en ventaja y sin el pudor para dejar más posesión al rival y darle espacios a los jugadores de ataque. Nolito, muy insistente pero sin tomar casi nunca la decisión final correcta, quiso sorprender al portero ruso con un duro disparo centrado que no llegó a nada. Faltaba, quizás, más presencia de los laterales en ataque, pero el resultado y la falta de confianza aconsejaban más prudencia.

El Spartak estaba maniatado y Banega, sin brillar, era el dueño de la medular. De esa superioridad salió una clara ocasión para Nolito nada más empezar la segunda parte. El ex del City se fabricó la ocasión, pero desde la frontal y sin oposición, no lanzó a la primera sino a la segunda, por lo que tuvo que cruzarla y se le fue fuera. Quien sí tuvo más clarividencia fue precisamente Banega, quien con la zurda y casi desde el mismo sitio que Nolito, la puso con la izquierda a media altura imposible para Selikhov. A falta de media hora, el equipo de Berizzo tenía el partido en la mano y un rival en frente, el Spartak, que parecía bajar los brazos.

Carrera intentó algo diferente dando entrada a Popov y, sobre todo, a Ze Luis, muy potente físicamente y que complicó el tramo final a los dos centrales sevillistas. Fue precisamente el brasileño quien marcó para el Spartak. Una salida a destiempo de Escudero derivó en un pase bombeado al área, donde Glushikov se ayudó de la mano y metió el pie después justo antes de que se le echara encima Sergio Rico, que paró pero no pudo evitar que el rechace lo alojara en la red Ze Luis.

El gol espabiló al Spartak, que gozó del balón ante un Sevilla que, ya sin Banega ni Sarabia, no sabía cómo extender sus posesiones. Krohn-Dehli se veía superado y Navas, al menos, mantuvo el partido en su banda hasta el final. Triunfo vital.

Ficha técnica

Sevilla FC: Sergio Rico; Mercado (Corchia, m.83), Kjaer, Lenglet, Escudero; N’Zonzi, Pizarro; Sarabia (Jesús Navas, m.74), Banega (Krohn-Dehli, m.77), Nolito; y Ben Yedder.

Spartak de Moscú: Sélijov; Yéschenko (Petkovic, m.79), Dzhikiya, Tasci, Kombárov; Fernando, Pasalic (Popov, m.56); Promes, Glushakov, Melgarejo (Zé Luis, m.71); y Luis Adriano.

Goles: 1-0, M.30: Lenglet. 2-0, M.59: Banega. 2-1, M.78: Zé Luis.

Árbitro: Artur Dias (Portugal). Amonestó al local Ben Yedder (m.91) y a los visitantes Glushakov (m.32), Tasci (m.61) y Dzhikiya (m.86).

Incidencias: Partido de la cuarta jornada del Grupo E de la Liga de Campeones disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante unos 38.000 espectadores.