No sólo se le acumula el trabajo al Sevilla en el terreno de juego, con partidos trascendentales tanto en la Liga como en la Europa League, sino que la entidad de Nervión disputa también partidos importantes en los despachos. Y no sólo con operaciones abiertas de cara a reforzar la plantilla el curso venidero, sino dos posibles renovaciones de crucial importancia además de la de Vitolo: las de José Antonio Reyes y Unai Emery. La del técnico es la más importante, pero la que menos problemas plantea ahora mismo. Unai ha pospuesto el remate de las conversaciones ya iniciadas al final de la temporada –acaba de ampliar el contrato tras clasificar matemáticamente al equipo para Europa–. El vasco intuye que volverá a llamar a su puerta uno de los grandes, como hiciera el Milan el pasado verano. Es más, probablemente el equipo italiano repita su intentona. José Castro quiere mejorarle la ficha, actualmente por encima de los dos millones, a pesar de que en el Sevilla saben que Emery no dejará escapar un segundo gran tren. Muy probablemente lleguen a buen puerto, aunque el futuro esté en el aire.
Más complicada es la renovación de Reyes. El utrerano acaba contrato dentro de dos meses y genera dudas en cuanto a su rendimiento. El Reyes de esta temporada es el mejor desde su regreso a Nervión, donde ha ido paulatinamente creciendo en rendimiento hasta llegar al punto actual, donde es una de las piezas más importantes. El Sevilla quiere seguir contando con Reyes y Reyes quiere seguir jugando en el Sevilla hasta que cuelgue las botas. Pero los dos plantean condiciones. Monchi reveló hace un par de semanas en Onda Cero Sevilla que ya se habían iniciado las conversaciones, planteando el Sevilla a los agentes del utrerano un nuevo contrato con un notorio descenso de la ficha –actualmente Reyes, con un salario superior a los tres millones, es el segundo mejor pagado del pantel, sólo por detrás de Mbia– y la condición de ir renovando el mismo de forma anual si llega a un mínimo de partidos jugados.
Es decir, no se fían en la planta noble del Sánchez-Pizjuán del rendimiento guadianesco de Reyes, del que temen un acomodamiento propiciado por un nuevo contrato estable, como así ha pedido el jugador. Reyes no se quiere mover del Sevilla y en el club lo saben, de ahí que puedan presionarlo hasta cierto punto. Es obvio que el futbolista puede optar a firmar un gran contrato en el extranjero, en ligas secundarias donde los equipos pagan mejor que en España, pero de momento esa opción ha sido frenada por el jugador. Al igual que con Emery, la siguiente toma de contacto tendrá que esperar debido al apretado calendario que tiene el Sevilla. No obstante, aunque las posturas se encuentren ahora mismo lejanas y el jugador se niegue a firmar la renovación bajo los parámetros propuestos por el club, todo hace indicar que ambas partes cederán y habrá renovación, probablemente ampliando el Sevilla a dos años el tiempo fijo de duración del contrato y aceptando Reyes la rebaja salarial y las condiciones para optar a un tercer año de contrato.