Rusia congela las críticas de San Mamés

El Sevilla descansa ya en Moscú a la espera de sacar algo positivo en casa del Spartak

15 oct 2017 / 21:54 h - Actualizado: 16 oct 2017 / 18:48 h.
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  • Rico, Lenglet, Banega, Soria y Sarabia, en el avión hacia Moscú.
    Rico, Lenglet, Banega, Soria y Sarabia, en el avión hacia Moscú.

El Sevilla cambió ayer de un plumazo los más de 30 grados de la capital de Andalucía por los cuatro con que Moscú le recibió al filo de las seis de la tarde. Y, de paso, las críticas originadas por su fiasco en Bilbao por las renovadas ilusiones que despierta en Europa, donde marcha líder del grupo E de la Champions League. El frío de Rusia como aliado para congelar las malas sensaciones transmitidas por los pupilos de Eduardo Berizzo en casa del Athletic Club. Un choque que inauguró siete días con tres partidos de calado para los nervionenses, que no han empezado nada bien la reanudación de la competición tras el parón por las selecciones nacionales.

Así lo ve el primero de los sevillistas, un José Castro que encabezaba la expedición a tierras rusas y que ayer, antes de partir desde el aeropuerto San Pablo, intentaba calmar las críticas vertidas tras el 1-0 de San Mamés: «Es una semana muy exigente con Athletic, Spartak y Valencia fuera de casa, pero para eso tenemos una plantilla amplia y compensada. Hay que tener tranquilidad, estamos en una buena media de puntos en la Liga para estar en Europa y hay que seguir confiando en una plantilla que no puede ser un día buena y al siguiente mala. Creo que es un plantel compensado. A pesar de no estar bien en Bilbao y caer en la segunda parte en el juego del rival, tuvimos ocasiones en la primera para haber marcado y recibimos un gol muy extraño. No estamos contentos con lo de San Mamés, pero tenemos claro lo que queremos y adónde vamos, así que tranquilidad, que los rivales también juegan y el equipo a veces no está bien. Tenemos 16 de 24 puntos posibles y con una media que nos haría estar arriba a final de la temporada».

En este sentido, el máximo mandatario nervionense quiso exponer su nula preocupación por la ausencia de un gran goleador y por las lesiones en la zaga: «No me preocupa la falta de gol, tenemos un equipo en el que marcan los de todas las posiciones. Tampoco las bajas en la defensa, donde a Carriço y Pareja lo pueden suplir varios futbolistas. ¿El mercado de enero? Es exagerado hablar de eso, estamos en octubre...». De hecho, toda la atención la quiere poner el club sevillista en la doble cita ante el Spartak, que comienza mañana a las 20.45 horas. «Hay que pasar página y pensar en la Champions. Este partido y el siguiente, también con los rusos, son fundamentales. Ojalá ganemos este martes para seguir liderando el grupo y ponerlo muy a nuestro favor. Hablamos del campeón de la liga rusa, hay que tenerle respeto y no hablar de favoritos, ser conscientes de que tenemos que hacer las cosas bien para seguir ilusionados con pasar de fase», se esmeraba en explicar José Castro.

El caso es que Berizzo prepara un nuevo giro de cara a mañana. Para empezar, en la lista de 22 convocados que ya descansan en Moscú están Banega, Mercado y Sarabia, extrañas ausencias en Bilbao. También viajaron dos hombres hasta ahora en el ostracismo: Borja Lasso y Geis (además de Soriano, el tercer portero). Obviamente se quedó en Sevilla Carole, no inscrito en la Liga de Campeones. Tampoco viajó uno de los dos lesionados, N’Zonzi, siendo Kjaer la sorpresa en la expedición, aunque se le vio cojeando de su pierna derecha y esta tarde se probará en el escenario del partido, el Otkrytie Arena, para ver si es capaz de ser de la partida, ante los apuros en defensa del Sevilla. Mientras el francés seguirá un plan especial en su tobillo izquierdo para ver si es posible que pudiera viajar a Valencia el próximo fin de semana, el central danés, con un golpe en su tibia derecha, quiere forzar para jugar mañana.

Berizzo dispondrá de un último entrenamiento previo en el estadio –ayer hubo sesión light en la ciudad deportiva–, donde el Sevilla tiene otro reto de importancia ante un Spartak casi inexpugnable de local y que necesita ganar para soñar. Entre el frío y las críticas, la Champions.