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Los jugadores del Sevilla celebran uno de sus goles. / Manuel Gómez
Cuando las cornetas y los tambores sólo acaban de empezar un espectáculo de Semana Santa que durará hasta el próximo domingo, el Sevilla ya se centra en preparar lo que serán siete días claves en su sueño de alcanzar la Champions. Tres partidos de Liga consecutivos en los que puede postularse seriamente a terminar entre los cuatro primeros o despedirse prácticamente de las opciones reales de disputar la próxima campaña la máxima competición continental. Athletic, Levante y Barcelona serán los adversarios a los que los sevillistas deberán superar. Un calendario duro donde la magia del Sánchez-Pizjuán adquiere un nivel de importancia aún mayor para lograr los éxitos.
Ha entrado la Liga en los dos meses donde debe decidirse todo. El domingo 24 de mayo el torneo echará el telón y los que hayan hecho bien los deberes festejarán, mientras otros deberán lamentarse por el drama del descenso o el no haber alcanzado un objetivo soñado. Desde el Sevilla se le ha quitado dramatismo a la posibilidad de quedar fuera del grupo de cabeza. Lo llevan tiempo deslizando desde la presidencia: el objetivo claro es la clasificación europea sin renunciar a nada. En otras palabras: Europa League, obligatorio; Champions, si se alcanza. Con todo esto, y sin esa presión añadida desde dentro, Unai Emery sigue confiando en la posibilidad de terminar entre los cuatro primeros. Los 55 puntos que ya llevan sumados hablan del enorme esfuerzo que está realizando el Sevilla en Liga. Una suma récord para estas alturas del campeonato, aunque de momento sólo otorguen la quinta plaza.
El primer examen llegará el Sábado Santo. Antes de que la semana grande de la ciudad se despida, Nervión se engalanará para recibir al Athletic, un adversario siempre complicado. Los de Valverde están en una dinámica muy positiva. Además, Unai no tendrá a todos sus internacionales listos hasta el miércoles, tres días antes del encuentro. Las semanas internacionales suelen traer este tipo de problemas. Y este parón cortó las alas a un Sevilla lanzado. Aun así, el entrenador confía en la fortaleza de sus hombres al calor de la afición y espera sumar los primeros tres puntos de la semana decisiva ante el conjunto vasco. El martes tocará visita al Ciutat de Valencia, un escenario que no suele traer buenos recuerdos a los nervionenses. Y los de Lucas Alcaraz se juegan la vida en cada partido.
Para cerrar la semana, de nuevo en sábado y en Nervión, tocará la visita del actual líder de la Liga: el FC Barcelona. El equipo azulgrana fue el último en profanar el santuario sevillista en esta competición, allá por el mes de febrero de 2014. Más de un año después regresará al Sánchez-Pizjuán con la intención de sumar otros tres puntos y romper el récord de los sevillistas –si son capaces de mantenerlo frente al Athletic–. Ambos equipos, de todas maneras, tendrán uno de sus ojos mirando al horizonte más cercano, ese que indica que los cuartos de final de Europa League y Champions, respectivamente, les espera unos días después. El Barcelona deberá medirse al PSG, una eliminatoria tan igualada como peligrosa para los de Luis Enrique. Podría utilizar en duelo ante el Sevilla para mover un poco su alineación y dar descanso a titulares. Su ventaja sobre el Real Madrid, a día de hoy, le permite algún pequeño tropiezo por el camino. No obstante, se trata del Barça y del poderío de un club llamado a ganar todos los títulos esta temporada.
Haga lo que haga el Sevilla en su Semana de Pasión, después tendrá siete partidos más para perseguir el sueño o bajar los brazos. Llega la parte más bonita del curso.