Sergio Ramos: un camino destrozado y ¿sin retorno?

Lo ocurrido el pasado jueves marca un antes y un después en la espinosa relación entre el canterano y parte de la afición

13 ene 2017 / 23:19 h - Actualizado: 13 ene 2017 / 23:29 h.
"Sevilla FC","Sergio Ramos"
  • Sergio Ramos, con José Castro y José María del Nido Carrasco en mayo de 2014 / Efe
    Sergio Ramos, con José Castro y José María del Nido Carrasco en mayo de 2014 / Efe

La relación entre Sergio Ramos y parte del sevillismo ha sido siempre espinosa. Desde que, con 19 años, decidiera irse al Real Madrid, su deseo de ser bien recibido por todos en la que considera su casa no se vio nunca cumplido. Aquel verano de 2005, el Sevilla, por medio del entonces presidente, José María del Nido, se empeñó en repetir que el futbolista había depositado el importe de su cláusula de rescisión (27 millones), algo que Sergio Ramos siempre negó. Según éste, fue un traspaso.

La relación entre Del Nido, el jugador y los agentes de éste no era la mejor y se rompió, dando paso a un cruce de declaraciones que avivó el fuego, cuyos rescoldos nunca se han apagado.

«Meses antes, presentamos a Del Nido un contrato vitalicio que no aceptó. Era un contrato en blanco de diez años con la única condición de ganar lo mismo que el que más en la plantilla», explicaría más tarde el de Camas.

Mientras cada uno hacía su camino mirándose de reojo, el club decidió un buen día responder a unas palabras suyas en las que insistía en haber sido traspasado. Fue con un documento que reflejaba la existencia de un cheque de 27 millones. Éste, sin embargo, nunca se hizo efectivo. La operación se pagó a plazos.

El propio Del Nido admitió a los accionistas en 2005 que, una vez con el talón en su poder, accedió, una semana después, a negociar una fórmula de pago con el Real Madrid que beneficiara los intereses de la entidad. Algo que también reconocía en privado.

Lejos de serenar las aguas, Del Nido las agitó una y otra vez, poniendo a muchos aficionados en contra de un canterano que siempre pregonó su sevillismo e incluso llegó a decir que le gustaría que le enterrasen con una bandera del Sevilla y otra del Madrid.

El paso del tiempo y la invitación a Del Nido por parte de muchas personas a rebajar el clima de tensión hizo efecto. Poco a poco, el jugador comenzó a ser recibido con mejores ojos, aunque los insultos y cánticos de un sector de la afición –fundamentalmente radicado en Gol Norte– no cesaron nunca.

El tiempo llevó incluso a que Del Nido (2013) llegase a decir esto de él: «Se marchó porque quería ser uno de los mejores centrales del mundo. Nos congratulamos porque se formó aquí y hoy es uno de los baluartes de los campeones del mundo. Ojalá se retire en el Sevilla».

El punto de mayor acercamiento se vivió en mayo de 2014. «Por problemas de una negociación no sentó bien su marcha. Si es de los nuestros, en este club entendemos que es su casa, y por eso le recibiremos con los brazos abiertos. Quizá debimos haberlo arreglado antes», dijo José Castro, sucesor de Del Nido, antes de homenajearle en los prolegómenos de un España-Bolivia. En el videomarcador, la leyenda Ramos, uno de los nuestros. El canterano no pudo contener las lágrimas. «Estoy emocionado. Tenía muchas ganas de que me recibieran así en mi casa», dijo.

La trayectoria de Sergio Ramos y la del Sevilla volvieron a cruzarse y a dejar episodios. Su intento de marcar con 7-3 en el Bernabéú, su gol en el tiempo de prolongación de la Supercopa de Europa y la celebración... Hay quien, por un motivo u otro, no le perdona cosas así. El problema es que muchos de esos aficionados se han instalado en un insulto sistemático hacia él y su familia inconsentible. Sergio Ramos no lo pasa por alto, pero el jueves se equivocó al elegir la forma de reaccionar frente a quienes le insultan. Ese error provocó una reacción generalizada del sevillismo contra él, hasta el punto de que gran parte de ese camino recorrido parece haber quedado destrozado. LaLiga, Competición y Antiviolencia piensan tomar cartas en el asunto. Y por si faltaba algo, este domingo, nuevo cara a cara.