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Los jugadores del Sevilla, entrenándose este sábado. / Jesús Barrera -
«Mi rebeldía debe venir de mucho tiempo, de la época de militares de Argentina, donde estábamos totalmente limitados. No nos dejaban por ahí generar progresos o libertades. Después, a través de mi imposibilidad de no dirigir por no haber jugado... En mi vida todo fue luchar contra la corriente. Entonces, esa característica que me vincula con todos los años vividos son las que me generan situaciones que traten de romper con lo que normalmente va a suceder».
Jorge Sampaoli, autor de esas palabras, es, sin duda, el gran nombre propio de la temporada en el Sevilla y lo que normalmente sucede en la Liga es que dos o tres equipos se repartan el título de campeón. Sin embargo, el técnico argentino está consiguiendo poner en jaque a esos equipos para sorpresa de propios y extraños.
Sampaoli ha situado el listón más alto de lo que ya estaba en cuanto a ambición y quiere llegar lejos, muy lejos, gracias a esa rebeldía que defiende, que graba a fuego en la mente de sus jugadores y que tiene al Sevilla situado en el segundo puesto y en los octavos de la Champions. La Copa, donde pudo y debió hacer más, es pasado y obliga a volcarse aún más si cabe en las dos competiciones.
La visita del Real Madrid se convierte en todo un examen para medir el grado real de rebeldía de este Sevilla, decidido a plantar cara a los grandes aspirantes al título. «Son desafíos que la historia te hace ver muy difíciles, pero ojalá tengamos la chance de cambiar la historia y llevar al Sevilla lo más arriba posible», comentó cierta vez Sampaoli.
Su ambición y la progresiva mejoría del equipo han convertido a éste en un rival temible, sabedor de que ese sueño pasa por derrotar al equipo de Zinedine Zidane. El doble duelo copero da paso a un espectacular partido en el que no habrá concesiones. N’Zonzi, Mariano y Franco Vázquez figuran en la lista de convocados, sin Correa (lesionado), Ganso, Kiyotake ni Sirigu. La incógnita es saber si Sampaoli jugará con tres centrales y si Jovetic sale desde el inicio, idea que el técnico sopesa.
Enfrente, el Real Madrid, respaldado por una racha de 40 partidos sin perder y con Cristiano Ronaldo y Modric en su expedición. Causan baja por problemas físicos Isco, James, Pepe y Bale. Con todo, las miradas están puestas en un nombre propio: Sergio Ramos. El canterano sevillista regresa a un Sánchez-Pizjuán en pie de guerra con él tras lo ocurrido del pasado jueves. El ambiente está caldeado, pero ya lo dijo ayer Sampaoli: es mejor no mirar a los costados para no distraerse.