-
Machín se dirige a sus jugadores durante la sesión de ayer. / Manuel Gómez -
En plena cuenta atrás para el cierre del mercado de fichajes, con el club trabajando para cerrar varias operaciones, el Sevilla de Pablo Machín saltará al césped del Sánchez-Pizjuán buscando dar ese último paso que le permita cerfificar su presencia en la fase de grupos de la Europa League. El largo camino que comenzó el pasado mes de julio divisa ya su fin, pero antes toca sacar adelante el choque de vuelta de la eliminatoria previa. Y ya lo ha recordado el técnico: no hay margen de error.
El Sevilla es el gran favorito y más aún tras el 0-1 logrado en la ida. Sin embargo, basta recordar lo sucedido hace un año, cuando el conjunto nervionense estuvo a punto de ser apeado en el playoff de la Liga de Campeones con aquel disparo al poste del Istambul Basaksehir en el tiempo de prolongación, para tener muy presente que toda concentración será poca, por mucho que parezca que las cosas pintan bien.
El partido tiene, pues, una enorme trascendencia. No en vano, estar presente en la fase de grupos de la Europa League es uno de los objetivos del club para esta campaña. Machín ha dejado claro a sus jugadores que deben saltar al campo como si no existiera esa renta de un gol conseguida en el choque de ida. Además, el sufrimiento en Olomouc sirve de aviso añadido. El conjunto checo dio un buen nivel ese día y llega al Sánchez-Pizjuán sin nada que perder.
Todo hace indicar que Machín retocará su once, sobre todo teniendo en cuenta la acumulación de partidos. El derbi del próximo domingo, según el técnico, queda lejos. En cualquier caso, el equipo titular de esta noche puede estar condicionado también por el futuro de algunos futbolistas que podrían hacer las maletas, caso de Ben Yedder, Muriel, Carriço, Nolito... En cualquier caso, hay mimbres suficientes para pasar la eliminatoria. La cuestión es no cometer fallos y estar a la altura de una afición que quiere volver a disfrutar de esta competición que tantas, tantísimas alegrías le ha dado.