«Si algún día el Sevilla me llama y he recuperado el aire, no dudaré en volver»

Monchi se despide del club en una multitudinaria rueda de prensa. «Apocalíptico era mayo de 2000, no este día», dice. «El cariño anónimo, el amor de la gente es lo más grande que me llevo», afirma Castro: «No es un fracaso que se marche»

31 mar 2017 / 14:02 h - Actualizado: 31 mar 2017 / 21:36 h.
"Fútbol","José Castro","Monchi"
  • Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / J.S.
    Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / J.S.
  • Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
  • Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
  • Monchi en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Monchi en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
  • Monchi en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Monchi en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
  • Monchi en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Monchi en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
  • Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
  • Los jugadores sevillistas en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Los jugadores sevillistas en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
  • Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Monchi, junto a Pepe Castro en la rueda de prensa. / Manuel Gómez

31 de marzo de 2017. A partir de ahora, este día quedará grabado en la historia del Sevilla por presenciar la despedida –el acto en sí tendrá lugar el día del partido contra el Deportivo en concreto- de una de las figuras más relevantes que han pasado por la entidad. Monchi, el director deportivo más laureado del planeta, pone fin a diecisiete años en el cargo. Lo hace con nueve títulos, dieciséis finales y, sobre todo, con muchas horas de devoción por un club del que se marcha a petición propia para emprender una nueva etapa personal y profesional.

Fueron muchas las personas que acompañaron a Monchi en el cierre de esta etapa en la abarrotada sala de prensa del Sánchez-Pizjuán. Capitanes del plantel, técnicos de la casa, empleados de todos los departamentos del club... Y junto a él, en la mesa, el presidente José Castro. Ningún trofeo daba lustre al acto. No era necesario tampoco. Podría decirse que incluso les hubiesen tapado la cara.

«Vamos a explicar algo que es muy doloroso para todos. Hemos hecho lo posible y lo imposible por que se quedara, incluso con una oferta fuera de mercado. Pero Monchi tenía clara su salida y hemos optado por aceptar por la salida de una persona que se ha dejado la piel en nuestra casa. Él sabe que siempre tendrá las puertas abiertas de su casa. Próximamente habrá un acto de despedida como tal», explicó el presidente, que aclaró: «No tendrá que pagar su cláusula. Se ha ganado con su trabajo la despedida que él quería. No paga nada por salir de su casa. Quería salir sin pagar y eso es lo que hemos hecho. ¿Por qué la otra vez sí le pedimos la cláusula? Porque entendimos que no era el momento de irse».

Castro apuntó que «parte de la nueva temporada está programada, pero en unos días veremos cómo hacemos la sustitución o si la reordenamos». «Esta área está capacitada, pero en un tiempo prudente veremos cambios o incorporaciones».

Monchi, por su parte, hablaba así. «No es un tema profesional, es un tema muy personal. Las razones están en consonancia con el agotamiento. Son muchos años en esta casa. Ya quise irme y me equivoqué en las formas, pero mi idea siguió latente. Sé que la gente puede pensar... El único responsable soy yo. Es un tema personal, de necesidad de cambio. Últimamente ya venía agotado. He amagado varias veces, pero al final... ¿El esfuerzo del club? No tiene nombre. Ha intentado convencerme de todas las maneras: con cariño, con más protagonismo, con una oferta económica que no conseguiría fuera de aquí... De todos modos, yo no puedo decir adiós. No sé qué pasará en el futuro. Si algún día el Sevilla tiene a bien llamarme y yo he recuperado el aire, no dudaré en volver. Si me hubiesen ofrecido pintar el campo, también lo hubiera hecho».

El de San Fernando no quiso hablar de la Roma y negó tener ya un acuerdo. «No tengo firmado nada con nadie. No tengo ningún compromiso con nadie. Es verdad que es uno de los equipos que más interés ha mostrado, pero no el único. Es verdad que estuve en Londres y aprovecho para pedir públicamente perdón al presidente. Pero yo no puedo irme a descansar a mi casa, no tengo la vida resuelta. Yo tengo un objetivo fundamental en esta salida: agradecer a todo el mundo, al que me ha elogiado y al que me ha criticado. Siempre que he dicho algo ha sido pensando que es lo mejor para el Sevilla».

Preguntado por el momento de su marcha, Monchi dijo la siguiente: «Cuando uno no quiere que pase algo nunca es buen momento. Ya pasó el año pasado. Sabía que no me iría contentando a todo el mundo. He estado esta mañana con la plantilla y aquí están los capitanes. Saben lo que soy, lo que sufro, lo que padezco. Les he dicho que si me quieren ayudar, lo mejor que pueden hacer es ganar los diez partidos que quedan. Asumo que haya gente que piense que no es el mejor momento, pero lo he hecho pensándolo y mirando si es el mejor momento».

«No me voy a ir mañana, pero poco a poco iré separándome. Gran parte de la planificación de la próxima temporada está hecha con mi gente. Yo creo que el club está perfectamente preparado para cubrir mi ausencia. Posiblemente yo pierda más sin ellos que ellos sin mí. Va a ser muy difícil encontrar un equipo de trabajo así. Ahora bien: quien debe tomar la decisión es el club», apuntó el de San Fernando.

Monchi abundó en las razones de su marcha. «Mi deseo de salir nunca ha cesado. No había mucho más margen para irse, era el momento porque la temporada avanzaba. No tiene nada que ver la eliminación de la Champions». «Apocalíptico era mayo de 2000, no este día. Las estructuras son lo suficientemente sólidas como para aguantar lo que viene por delante. Ellos seguro que encontrarán otro Monchi; yo no voy a encontrar nunca un club como éste», apuntó intentando contener las lágrimas.

«Pido a la gente que confíe en el club, en el consejo, en los técnicos... El grado de confianza que he tenido ha sido muy grande y espero que lo tengan para los que estén», dijo insistiendo en reclamar fe en la capacidad y la solidez de las estructuras creadas. «Algunos jugadores han intentado que me quede, pero me tienen mucho aprecio, pero saben cómo estoy y que lo necesito», comentó.

CASTRO NO VE LA MARCHA COMO UN FRACASO. El presidente del Sevilla asegura que «no es un fracaso que se vaya». «Lo hemos intentado por todos los medios: cariño, un contrato fuera de mercado...», dijo. Castro apuntó que «ofrecimientos para ser director deportivo hay muchos». Monchi le echó un capote apuntando que «fracaso no hay ninguno por parte del club porque soy yo quien ha decidido marcharse».

UNAS PALABRAS SENTIDAS. «Como no podré hablar mucho porque me resultará difícil, quiero agradecer a muchas personas por estos 29 años que he trabajado aquí. Gracias a los tres presidentes: Roberto, José María y Pepe, que ha conseguido que me vaya como quería. Gracias también a los consejeros que están y han estado por su confianza. Gracias a los empleados del club, gente muy, muy preparada. Gracias también a los míos, que están ahí detrás porque les dije que si les veo, me pondré a llorar; nunca podré tener un equipo de trabajo como éste. Gracias a los técnicos, que me han ayudado mucho; a los jugadores, desde Notario, mi primer fichaje, a Montoya, el último. Gracias a todos los técnicos de la cantera, escenificados en la figura de Pablo Blanco, quien me trajo y me dio la oportunidad de estar aquí 29 años. Gracias a mi familia, por haberme soportado, cómplice en los momentos más bonitos también. Gracias a vosotros, los periodistas, a todos, porque todos me habéis hecho mejor profesional con el elogio y la crítica. Y gracias a los aficionados. No habrá en el mundo un director deportivo que se sienta más querido que yo por la afición. El cariño anónimo, el amor de la gente es lo más grande que me llevo. Acaba una etapa de mi vida, la de director deportivo, y empieza otra más emotiva: la del socio 8.554, la del Monchi sólo sevillistas; la del Monchi que cuando esté en el estadio sentado será un guardián de Nervión más porque, como a todos ellos, a mí no me late el corazón, me late el escudo. Gracias, Sevilla».