Las autoridades georgianas tienen todo preparado para recibir al Barcelona y Sevilla, y a los aficionados que viajen desde España para apoyar a sus equipos en la Supercopa de Europa que se disputará el martes en la capital, Tiflis, donde se espera con mucha expectación el partido.
El histórico estadio del Dinamo Arena de Tiflis, con capacidad para 54.000 espectadores, recibió un lavado de cara por valor de 9 millones de dólares exclusivamente para acoger el partido, un hito histórico para este país del Cáucaso.
El propio primer ministro, Irakli Garabashvili, revisó personalmente las obras de remodelación, que incluyen mejoras en las gradas, el diseño, los marcadores, el alumbrado y la megafonía del estadio construido originalmente en 1936.
Según las últimas noticias, el Barcelona llegará a Tiflis la víspera del partido, el 10 de agosto, y se hospedará en el hotel Tbilisi Marriott, situado en la Avenida Rustaveli, la arteria más importante de la ciudad.
El Sevilla será más madrugador y aterrizará en la capital georgiana un día antes, el domingo, y descansará en el hotel Hollyday Inn, de forma que los andaluces únicamente tendrán que cruzar el río para llegar al estadio.
La expectación creada por el partido es enorme, no sólo en Tiflis, sino en todo el país, y las 24.000 entradas puestas a la venta entre los aficionados locales se vendieron en un visto y no visto.
Los aficionados que no tengan la oportunidad de ver el partido en el estadio podrán verlo en directo en la pantalla gigante que el Ayuntamiento instalará en el popular parque Vake.
Mientras, las aficiones de los equipos catalán y andaluz recibieron de la UEFA 2.700 entradas cada una, sin que se conozca si harán uso de todas ellas, aunque para los ciudadanos de la Unión Europea no es necesario solicitar un visado para visitar Georgia.
Las medidas de seguridad también serán una prioridad, lo que incluirá la prohibición de bengalas, objetos luminosos y cegadores, megáfonos, y banderas o pancartas que tengan más de dos metros de largo por 1,5 de ancho.
En un gesto de deferencia con el país anfitrión, la UEFA ha paseado los trofeos de la Liga de Campeones, la Liga Europa y la Supercopa Europea por toda la geografía nacional para júbilo de los aficionados al fútbol.
El estadio del Dinamo fue escenario en septiembre de 2012 de un partido de clasificación para el Mundial de Brasil entre Georgia y España, que terminó con la victoria «in extremis» del equipo de Vicente del Bosque con un gol de Soldado en el minuto 87.