Ha llegado la hora del último tirón del año. Un 2017 que acabará para el Sevilla con una traca final de siete partidos en apenas tres semanas. Casi un mes de competición en el que el equipo nervionense se juega cosas importantes. Para empezar, a los de Eduardo Berizzo les queda por delante cinco encuentros de la Liga en los que, como mínimo, debe mantener las distancias con los puestos que otorgan al final del curso acceso a la Liga de Campeones. Actualmente el Sevilla marcha quinto en la tabla con 22 puntos, a dos del Atlético de Madrid, cuarto, y a ocho (probablemente nueve en cuanto empiece a contar el goal average, pues el equipo sevillista cayó por 4-0 en Mestalla) del Valencia, tercero. A los nervionenses les espera un calendario complicado, ya que tres de los partidos son fuera de casa, donde el Sevilla decae de manera notable, y ante rivales de postín: Villarreal, Real Madrid y Real Sociedad. En casa recibirá a Dépor y Levante. El objetivo no es otro que llegar al parón navideño con opciones reales de pelear con los citados rivales, sin olvidar al Villarreal, por una de las cuatro primeras plazas. Se trata de una meta básica en la hora de ruta trazada por la entidad.
Esas cinco citas se complementarán con otras dos también importantes. La primera de ellas debe ser coser y cantar: confirmar el pase de ronda en la Copa del Rey, eliminando a un Cartagena de la Segunda División B y al que ya derrotó en la ida jugada en tierras murcianas por un contundente 0-3. La segunda encierra un objetivo clave en la temporada: pasar de nuevo a los octavos de final de la Champions League. Para ello el Sevilla debe, al menos, empatar en Maribor, aunque el fin común no debe ser otro que ganar, ya que de saltar la sorpresa en Liverpool y no ganar el equipo de Klopp al Spartak podría pelear por una primera plaza del grupo E que eliminaría del horizonte a los primeros del resto de grupos, todos ellos, menos el Besiktas, super potencias de Europa.
El caso es que, pese a ser muy pronto para elevar cualquier pronóstico a casi definitivo, la historia contemporánea nos dice que una desventaja como la que tiene el Sevilla en la Liga respecto al Valencia (sean ocho o nueve los puntos a contar realmente a la hora de la verdad) es muy difícil de remontar, pese a que resten dos tercios de la Liga todavía. Echando la vista atrás nos encontramos con dos temporadas muy recientes en las que el Sevilla, llegado a la 12ª jornada del torneo, se encontraba en notable desventaja respecto a su competidor real por el cuarto puesto. En el curso 2015-16 se encontraba en 11ª posición, con 15 puntos, a seis del cuarto, el Villarreal. Tras 38 jornadas, el equipo sevillista fue 7º con 52 puntos, quedándose a 12 del equipo castellonense, finalmente cuarto. Dos temporadas más atrás, en la 2013-14, un Sevilla que marchaba 14º tras 12 jornadas (13 puntos, diez menos que el Villarreal, cuarto) acabó en buena forma pero sólo fue capaz de recortarle al equipo amarillo tres puntos: sólo le dio para finalizar quinto.
Dos pruebas de que, para que en este caso pueda pelearle el puesto a este Valencia tan despegado, necesita dos cosas: dejar de titubear fuera de casa y mantener un crecimiento constante en rendimiento de puntos y que el equipo de Marcelino, que este fin de semana juega ante el Barça, desfallezca como pocos han hecho desde las alturas. Lo cual quiere decir que, probablemente, el rival a batir sea un Atlético que en las últimas cinco campañas no ha bajado del tercer lugar pese a empezar tan flojo como este año. Y claro, sin olvidar al Villarreal, rival del Sevilla mañana.
Buenos números en la Cerámica
El Sevilla volvió este viernes a los entrenamientos tras la jornada de descanso del jueves. La única novedad residió en la no participación de Steven Nzonzi con el resto del grupo, al igual que Simon Kjaer, algo que el central danés ha venido repitiendo a lo largo de toda la semana, pues arrastra problemas físicos desde su participación con Dinamarca en la respeca del Mundial. Este viernes será la prueba de fuego para el francés de cara a su concurso en Villarreal, donde el Sevilla sólo ha perdido uno de sus últimos siete partidos: 2-1 en 2015. Ganó tres veces en la Liga, una en la Europa League y empató en la Copa.