Un empate que no sabe Rico (1-1)

Una polémica acción entre Sergio Rico y Siovas da al traste con una victoria que el Sevilla tenía en la mano

31 ene 2018 / 23:37 h - Actualizado: 01 feb 2018 / 01:22 h.
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  • Siovas le mete el brazo a Sergio Rico cuando éste se disponía a despejar de puños. / LFP
    Siovas le mete el brazo a Sergio Rico cuando éste se disponía a despejar de puños. / LFP

Es difícil acabar con malas sensaciones tras marcar y arrancar un empate fuera de casa en el primer asalto de unas semifinales, pero el gran partido que ejecutó el Sevilla en Butarque no fue rematado por la falta de puntería y una acción polémica de Sergio Rico, que fue a por el balón muy blando ante Siovas dentro del área chica y terminó golpeando al aire por le manotazo del defensa del Leganés. No lo apreció el colegiado y sin querer el balón acabó en las redes. Fue el único acercamiento con peligro del cuadro de Garitano en toda la segunda parte, la cual afrontaba en desventaja por el gol de Muriel en el 21’. La acción entre Siovas y Rico recuerda mucho a la polémica del portero con Cala en el Sevilla-Getafe del pasado fin de semana, colocando al arquero, al margen de la acción antirreglamentaria de Siovas, en el disparadero de una afición que lleva tiempo criticando a su guardameta titular.

La eliminatoria sigue abierta cuando bien pudo quedar sentenciada con algo de puntería de los atacantes sevillistas. Sigue siendo un buen resultado para los de Vincenzo Montella, que se plantaron en Butarque tan bien como en pasados encuentros y maniataron a los de Asier Garitano. El técnico vasco lo tenía claro: presionar antes de que el Sevilla hilvanara jugadas peligrosas enfrentar a Amrabat, siempre peleón y fuerte físicamente, con Jesús Navas, rápido pero con todas las de perder, a priori, en el cuerpo a cuerpo. No perdió ni un duelo el palaciego, fenomenal como lateral.

Pero Montella y su tropa también lo tenían claro. De hecho, el Sevilla no se plantó tan arriba y calcó su proceder en el Wanda, en señal del merecido respeto al rival. Y con esa fórmula, tras un par de sustos de Beauvue tras pérdida no forzada de Sarabia y de El Zhar, tras otras malas decisiones de Banega y Correa cerca del área, el conjunto nervionense fue dueño y señor del partido de principio a fin, ni siquiera titubeó tras el golpe moral del inmerecido empate.

Nada más arrancar el partido, en un saque de esquina casi marca Escudero, que tuvo miedo ante la impetuosa salida de Champagne, que despejó. Después Banega, tras un robo y combinación rápida, la fórmula de éxito de este nuevo Sevilla, avisó con un tiro cruzado. Más serio fue el susto que dio a Garitano un centro de Navas que desvió el portero y que Gumbau salvó magistralmente cuando Muriel había tirado para marcar. A la cuarta ya no perdonó el Sevilla: robo rápido de Banega en la medular (es el sevillista que más balones recupera), clarividencia para ver a Sarabia y pase en diagonal y a contracorriente del madrileño para que Muriel batiera a Champagne de tiro cruzado y muy escorado. Mucho mérito del colombiano en la ejecución.

El conjunto de Montella, arropado por cientos de sevillistas en Butarque, había cumplido su primer objetivo: marcar. No varió su plan, pero el Leganés acusó tanto el golpe que fue zarandeado en la recta final de la primera mitad. Pudo ser mucho peor el resultado para los de Garitano al descanso, pues Brasanac fue indultado de su segunda amarilla por González González tras cortar una contra sevillista con la mano, y Franco Vázquez (se le fue el control en el área tras taconazo de Correa), Lenglet y Mercado (en una misma jugada en la que se lució Champagne con dos auténticos paradones a bocajarro), y Correa (con un disparo de lejos envenenado hasta casi el gol por Brasanac) pudieron haber dejado KO al Leganés.

Como era lógico, Garitano cambió tras el descanso. Quitó a Brasanac, apercibidísimo, y metió a Eraso, en busca también de más profundidad. El Sevilla no se confió y no perdió intensidad ni concentración. Esperaba al Leganés y salía rápido a la contra. Sin embargo, en el 56’ llegaba la jugada polémica. Esta vez Lenglet no se quedó mirando y forcejeó con Siovas para que no incomodara a Rico, pero no lo evitó. El portero casi ni saltó confiado y el brazo de Siovas (el árbitro estaba tapado y tenía crudo verlo) hizo que esa blandura de Rico terminara en puñetazo al aire y el balón golpeando la espalda del jugador pepinero, que marcó sin querer.

A medida que pasaban los minutos el cansancio hizo mella en la clarividencia sevillista, aunque ello no evitó que llegaran más ocasiones, como una excelente combinación en la que Sarabia controló muy mal con todo a favor cerca de Champagne. Montella sólo hizo un cambio (Nolito por Muriel) en todo el encuentro y el colegiado acabó, al final, perdonando también la segunda amarilla por manos a Escudero. Nolito desplazó a Correa a la punta del ataque, pero el Leganés, que no se creía el empate, lo firmaba con sangre y casi toda la defensa siempre pendientes del Sevilla, incluso en las jugadas de ataque propio. La eliminatoria sigue abierta y el debate entre los palos de la portería del Sevilla, también.

FICHA TÉCNICA

Leganés: Champagne; Tito, Bustinza, Siovas, Raúl García; Gumbau, Brasanac (Eraso, min.46); El Zhar (Diego Rico, min.82), Amrabat (Omar Ramos, min.75), Gabriel; y Beauvue.

Sevilla: Sergio Rico; Jesús Navas, Mercado, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Banega; Sarabia, Correa, Franco Vázquez; y Muriel (Nolito, min.75).

Goles: 0-1, m.20: Muriel. 1-1, min.55: Siovas.

Árbitro: José Luis González González (Comité castellano-leonés). Amonestó a Brasanac (min.23), Escudero (min.47), Vázquez (min.65), Lenglet (min.73), Sarabia (min.86) y Omar (min.88).

Incidencias: encuentro correspondiente a la ida de las semifinales de la Copa del Rey disputado en el estadio de Butarque ante 11.454 espectadores.