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Pizarro disputa un balón con Wayne Rooney. / EFC
El Sevilla cierra su segundo periplo por tierras británicas con un empate en Goodison Park ante el Everton tras un encuentro que mereció ganar durante buena parte del mismo pero que finalmente dejó escapar, más por deméritos propios que por méritos del conjunto de Ronald Koeman.
El playoff de la Champions asoma ya por la esquina y el equipo va engrasándose, pero la necesidad de mejorar el nivel defensivo y el acierto ante la portería contraria sigue siendo manifiesta. Son los dos hándicaps que tiene en estos momentos este Sevilla que necesita afinarse todo lo posible para no dejar fisuras en ese decisiva eliminatoria y pasar cuanto antes de ser un equipo de 7 –la nota que su propio técnico le pone a día de hoy– a uno lo más cercano posible a la nota máxima. Llegar al 10 en el mes de agosto es imposible, pero el playoff exige un rendimiento de sobresaliente.
Sin Lukaku (traspasado al Manchester United por 85 millones de euros) ni Deulofeu (al Barcelona por 12) pero con jugadores como Sandro, Wayne Rooney, Michael Keane, Davy Klaassen o Jordan Pickford, fichados a base de talonario junto a algún que otro refuerzo más para una inversión total superior a los cien millones, el Everton necesitó un suspiro para adelantarse en el marcador. Sandro firmó el 1-0 a los 33 segundos de juego tras recibir un gran pase de Tom Davies, uno de los jóvenes talentos de la Premier. Sus 19 años no fueron óbice para sacar a relucir su calidad a las primeras de cambio y recordar a todos, de cara al playoff , que cualquier despiste defensivo puede costar muy caro. Sucedería lo mismo con el 2-2, cuando Nico Pareja placó literamente a un rival que se colaba en el área tras otro nuevo despiste.
Berizzo situó sobre el césped a Mercado, Nico Pareja, Lenglet y Escudero. No estuvo en el once Corchia, un futbolista llamado ser titular, pero sí un centro del campo que llamaba la atención: Pizarro, N’Zonzi y Banega. Los tres intercambiaron su posición en un Sevilla que en la primera parte controló el encuentro, aunque sin ser capaz de ver portería y decantar la balanza.
Un remate de Ben Yedder sacado por un defensor tras una gran internada de Correa (26’) y un disparo del francés repelido por Pickford (31’) fueron las dos únicas ocasiones claras hasta el paso por vestuarios. Lo intentó también Montoya, aunque con disparos lejanos. No se mostró desequilibrante el argentino, cuyo futuro sigue estando más fuera que dentro.
Montoya jugó sólo 45 minutos, al igual que Ben Yedder y Pizarro. Berizzo decidió hacer tres cambios en el descanso y Muriel, Nolito y Krohn-Dehli saltaron al césped tras la reanudación del encuentro, poco antes de que Banega recogiera el premio a su gran partido.
El centrocampista argentino lo hizo dando la vuelta al choque con dos goles: el primero, poniendo la pelota junto al poste a pase de Correa (58’); y el segundo, al transformar una pena máxima cometida sobre Nolito (60’). Gran encuentro de Banega, intratable en la medular y poco a poco recuperándose ese estatus de director de orquesta de un Sevilla donde su conexión con Correa también sobresalió.
Una vez más, el joven atacante volvió a sacar a relucir su calidad. Correa está llamado a ser uno de los nombres propios de la temporada en el conjunto nervionense si mantiene su imparable proyección. Se siente cada vez más cómodo, Berizzo le da confianza poniéndole en las dos bandas y él responde con un fútbol de muchos quilates. Jesús Navas ocupó su puesto en la derecha en el minuto 68, poco después de que Ganso hiciera lo propio con el de un Banega que se marchó del campo ovacionado por la afición del Everton. No les mejoraron.
El 1-2 hacía justicia a lo visto sobre el terreno de juego. El Sevilla tuvo siempre el control del encuentro durante muchos minutos, aunque los cambios dieron otro aire al equipo de Koeman. Gana Gueye, Barry, Lookman, Martina, Mirallas... A base de velocidad se dejaron notar y Mirallas firmó el empate al transformar el penalti cometido por Pareja (sustituido por Kjaer, que debutó).
Con el partido roto y el Sevilla bajando su intensidad, Ganso mandó un cabezazo al poste (87’) y David Soria evitó el gol con una doble parada salvadora (90’). Una buena enseñanza. Otra más.
FICHA TÉCNICA.