El Sevilla sigue empeñado en caminar por el desierto en la Liga, donde ha consolidado su decadencia con una racha de cinco puntos conseguidos de los últimos 24. Despidiéndose de la Champions League 2018-19 poco a poco, casi sin remisión, a los nervionenses les queda como sustento en la temporada las otras dos competiciones, que se afrontan con bastante más ilusión por varias razones. Y no es poco. De hecho es lo más importante a estas alturas. En la Copa del Rey, la trayectoria sevillista ha sido casi perfecta hasta la fecha, estando a un partido, el del miércoles, de meterse en otra final del torneo. En la Liga de Campeones, aparcada desde diciembre, el panorama se ve algo menos sombrío desde que Vincenzo Montella empezara a hacer funcionar al equipo, pese al gran borrón del sábado en Eibar –con un equipo plagado de reservas–. Ahora se percibe que, al menos, se le puede competir de tú a tú al Manchester United.
Por inmediatez, a pocas horas de que el Sánchez-Pizjuán ruja en busca de la gran final, la Copa del Rey se presenta como el primer oasis en el que el sevillismo puede refugiarse. La vuelta de la semifinal contra el Leganés aparcará las quejas de la grada por la planificación y por la enésima goleada en contra y la depresión del plantel acumulada en la Liga, donde sólo en Cornellà frente al Espanyol hubo sonrisas. Se la juega el Sevilla tanto que las consecuencias del 5-1 de Ipurua serán mínimas de confirmar el miércoles la superioridad sobre el conjunto pepinero exhibida la semana pasada, pese a no ganar en Butarque.
Las entradas que el Sevilla puso a la venta quedaron agotadas en pocas horas, aunque en las próximas podría haber más disponibles, las que propician los socios sin abono total no hayan activado su carnet. Habrá, pues, ambiente de gala. Y Montella, cómo no, dispondrá su once ideal, aparcado durante el fin de semana. Franco Vázquez, Banega, Mercado, Navas, Correa y Muriel volverán a ser titulares. Y, se supone, también volverán la agresividad y el rigor táctico que un once extraño nunca encontró sobre el verde de Ipurua.
Garitano desconfía
El horrible partido del Sevilla en Eibar no despista a un Leganés que sufrió de lo lindo este domingo para empatar frente al Getafe bajo la nieve. También rotó muchísimo Asier Garitano, técnico de los pepineros, pensando en la cita de Nervión, para la que espera un Sevilla «totalmente diferente». De hecho, el entrenador vasco intuye que Montella prepara un plan calcado al que casi le dio la victoria frente al Getafe. Ni que decir tiene que el técnico sevillista prevé un Leganés casi exacto al correoso Getafe que sumó un punto in extremis en Nervión. «Voy más a lo que jugaron con el Getafe, que ya sabía de la dificultad de ir a aquel campo con aquel rival y con su gente. Nos vamos a encontrar ese mismo escenario, ese mismo ambiente. Un gran equipo que nos va a apretar mucho», explicaba Garitano, que ya ha concienciado a los suyos para una empresa difícil. Así lo demostraba Mantovani: «Creo que lo mas importante es que salgamos con la mentalidad de que queremos ganar, de que queremos pasar y de lo que tendríamos delante que sería una final, algo histórico e increíble para nosotros».
Mientras el Leganés piensa en su solidez defensiva, que frenó al buen Sevilla de Butarque y este fin de semana a un Getafe también superior, el conjunto sevillista se agarra a los precedentes, esos que dicen que sólo una vez (de nueve) metió el petardazo tras empatar a uno en la ida fuera de casa (el Algeciras, en 1981, remontó en Nervión por 1-2). Además, tres de los cuatro resultados que el Leganés firmó en el Sánchez-Pizjuán darían el pase al Sevilla (1-0, 4-2 y 2-1) y otro forzaría la prórroga (el 1-1 del curso pasado). El conjunto hispalense regresó este domingo a los entrenamientos con modo Copa encendido. Con una sesión de vídeo intentó Montella hacer ver a los suyos de que lo de Eibar no se puede volver a repetir ante un Leganés al que no pudieron vencer en la ida ni siendo netamente superiores. Para ello rescatará un once de gala que confirme que este oasis no es un puro espejismo.