Un poquito más cerca (2-2)

Gran segunda parte del Sevilla para empatar un choque que se le complicó tras media hora de pájara. Marcaron Vitolo y Gameiro y Krohn-Dehli se lesionó de gravedad

28 abr 2016 / 21:54 h - Actualizado: 29 abr 2016 / 10:48 h.
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  • Gameiro celebra con rabia el 2-2 al final del partido. / Efe
    Gameiro celebra con rabia el 2-2 al final del partido. / Efe

Partido vibrante el jugado en Leópolis por Shakthar y Sevilla, que no defraudaron y dejaron el desenlace final para el Ramón Sánchez-Pizjuán tras empatar a dos goles en un partido que tuvo mayor dominio sevillista. Los de Emery maniataron a los de Lucescu en una gran segunda parte que les permitió empatar y que casi les otorga la victoria, pues a Gameiro le anularon un gol que pareció legal. Es un resultado que, en principio, pone en ventaja al Sevilla para una vuelta que se presenta apasionante en Nervión, aunque bien pudo el equipo hispalense salir de Ucrania con mayor renta.

Y eso que no empezó nada mal el partido para los de Unai Emery, quienes salieron mandones, con las ideas claras y dejando estupefacto al Shakhtar. Banega y N’Zonzi se movían y tocaban a placer y Vitolo gozaba de libertad de movimientos ante la posesión pausada del equipo. Fue el canario, novedad tras varias semanas lesionado, quien abrió el marcador tras una combinación de primeras de Gameiro que lo dejó en franquía para encarar a Pyatov. Vitolo regateó a y definió con la izquierda entre las piernas del portero. Golpetazo importante del Sevilla a las primeras de cambio.

En los minutos posteriores el Shakhtar no reaccionó y el Sevilla intentaba nuevos acercamientos con toques rápidos que no acabaron en peligro concreto. No parecía muy dispuesto el conjunto nervionense a echarse atrás aunque cierta lógica lo recomendara por las contras de los de Lucescu, que empezaron poco a poco a adueñarse de la posesión. Primero fue Marlos quien disparó desde fuera del área, aunque Soria detuvo sin problemas. Con el Sevilla ya con todos sus jugadores por detrás del balón, los laterales del Shakhtar Ismaily y Srna tomaron protagonismo y desarbolaron al Sevilla por una y otra banda. Fue la izquierda, según el ataque ucraniano, la que más quebraderos de cabeza dio al Sevilla, que perdió la renta en un despiste de Carriço, que dejó unos metros a Marlos, lo vio Rakitskyy y el brasileño definió a la perfección ante Soria.

Jarro de agua fría para los de Emery, que pedía calma a los suyos en esos momentos críticos. El empate reforzó las ideas de Lucescu y Srna ponía en problemas a Escudero, que vio amarilla muy pronto. Banega ya no agarraba el balón, Vitolo fallaba controles y pases que posibilitaban ataques del rival y Konoplyanka parecía hacer la guerra por su cuenta, además de estar muy vigilado. El Sevilla necesitaba parar el partido, pero no lo lograba. Tayson probó fortuna desde lejos y casi obtiene premio. Los andaluces quisieron pisar de nuevo campo rival, pero la perdían continuamente y dejaban autopistas perfectas para la velocidad del Shakhtar, que aprovechó un saque de esquina en corto para dejar a Marlos ante Banega, al cual regateó sin problemas y puso un centro medido que cabeceó a gol Stepanenko. La marca era de Krychowiak, que se quedó en tierra de nadie. De ahí al final el Shakthar se pausó, pero las continuas pérdidas sevillistas le invitaban a atacar en superioridad. No castigó más el equipo de Lucescu el aturdimiento extraordinario del Sevilla, que respiró con el descanso.

Volvió a coger aire el equipo nervionense, que regresó al césped con otra cara, más parecida a la del cuarto de hora inicial. El Shakthar se atrincheró, Banega cogió el mando para no soltarlo jamás y el Sevilla volvió a crear peligro. Las aproximaciones al área se sucedían, aunque los ucranianos se encargaban de vez en cuando de recordar que cualquier pérdida podía ser dramática, como cuando a Rami le dio por taconear el balón siendo el último jugador. Fue un espejismo, pues pocos errores no forzados cometería ya el Sevilla, decidido a marcar un segundo gol que podía ser clave en la eliminatoria. Lo intentó Carriço con un gran tiro que Pyatov envió a córner con problemas, después N’Zonzi con un gran cabezazo que salió cerca del poste y después Krohn-Dehli con un potente disparo que detuvo en dos tiempos el portero del Shakhtar.

Tras otro susto a tiro de Marlos, llegó una jugada desgraciada para el Sevilla, que perdió por lesión, y grave, al enésimo futbolista en esta temporada: Krohn-Dehli se echó de repente al suelo con cara de terror y gritos de pánico al ver cómo su rótula izquierda se desencajaba tras un giro. El percance dejó mudo el Arena Lviv y al danés en la camilla entre lágrimas. Coke fue el sustituto del centrocampista y el Sevilla apenas notó el cambio forzado. Siguió mandando y en el 75’ empató Gameiro tras anticiparse a Kucher con gran habilidad... pero no valió. El asistente creyó que estaba adelantado el sevillista e invalidó el tanto –en la repetición se apreció que el francés partió en línea–. El cabreo de Gameiro fue en aumento cuando un minuto después tiró alto un disparo desde dentro del área y cuando seguidamente el propio Kucher se anticipó por milímetros sobre la línea de gol cuando el sevillista iba a remachar a la red un centro-chut de Vitolo. Tremenda la habilidad del central.

Estaba el Sevilla en su mejor momento, comandado por Banega y N’Zonzi y con los laterales, ya sí, apoyando los ataques por las bandas. Cuando el partido enfilaba la recta final y parecía que los de Unai no iban a encontrar el justo premio, la enésima entrada de Vitolo en el área derivó en un absurdo penalti de Ferreyra (delantero) sobre el canario que vio atentamente el árbitro de área. La pena máxima la convirtió Gameiro (82’), para desquitarse y colocar al Sevilla un poquito más cerca de la gran final de Basilea. Para ello tendrá que sufrir de lo lindo en Nervión, donde se espera otra noche grande y un partido tan terriblemente abierto como el de Leópolis. El Sevilla ya sabe lo que debe y no debe hacer el jueves que viene si quiere defender la corona en Suiza.