El IX Trofeo Antonio Puerta lucirá en las vitrinas del Sánchez-Pizjuán tras la victoria del Sevilla sobre la Roma en un bonito y reñido duelo. Un Sevilla intenso que se tomó la cita con la seriedad que ésta merecía y que acabó derrotando al actual subcampeón de la Serie A con goles de Escudero y Nolito, ambos en la recta final del partido. Dzeko le puso emoción, pero no impidió a la afición nervionense ver a su capitán recoger el trofeo.
El último ensayo antes del playoff de la Champions dejó buenas sensaciones. El Sevilla debe seguir forjándose, como cualquier equipo a estas alturas, pero demostró tener argumentos para superar al Estambul Basaksehir. Luchó siempre el conjunto de Eduardo Berizzo, exprimió su calidad y su pegada y defendió con garra y orgullo a un cualificado adversario que pudo tanto encajar más goles como haber marcado alguno más.
Dijo Berizzo tras el último amistoso en tierras británicas que el playoff lo jugarán aquellos futbolistas que estén mejor, más allá del gusto particular y de la calidad. O lo que es lo mismo: viendo el once que sacó ante la Roma, la posibilidad de que varios de los refuerzos se queden en el banquillo el próximo miércoles en Estambul cobra fuerza. Otra cosa será lo que ocurra de aquí a entonces.
El once elegido vino a confirmar esa idea. Banega, exquisito un día más, fue el único fichaje presente sobre el césped. Junto a él, un N’Zonzi serio y Krohn-Dehli erigido en auténtico pilar. El danés tuvo mucha participación en el juego, defendiendo y atacando, aquí y allá, mientras las fuerzas mantuvieron el tipo del Sevilla en la primera parte.
Un primer periodo en el que Montoya, formando banda derecha con Mercado, firmó las ocasiones más claras de los nervionenses: sendos disparos secos, uno que se marchó desviado tras un contragolpe (18’) y otro repelido por Alisson (33’).
Era un Sevilla dueño de la pelota, decidido a la hora de presionar arriba para robarla cuanto antes y con Nico Pareja y Lenglet también muy participativos, bien en su lucha con los incansables Dzeko y Perotti, bien a la hora de romper líneas sacando el balón en corto o en largo.
El dominio, sin embargo, no se tradujo en goles y fue a menos a medida que la intensidad fue bajando y la Roma se estiró con peligro. Pero allí estaba Sergio Rico para impedir el gol cuando Kolarov y De Rossi probaron suerte en la recta final de una primera parte que tuvo por nota negativa la sustitución de dos sevillistas por lesión: Correa (problemas musculares), reemplazado por Nolito a la media hora de partido; y Mercado, con molestias en una rodilla. Corchia ocupó el puesto del argentino.
Berizzo movió el banquillo en el descanso. David Soria, Kjaer (Pareja) y Muriel (Ben Yedder) salieron al campo, aunque fue la Roma quien zarandeó el encuentro con un remate de Defrel al palo, poco antes de que Krohn-Dehli viese volar al portero sacando su cabezazo. Nolito, en el rechace, pidió penalti por manos (52’).
Así, con todo por decidir, llegó uno de los momentos más esperados: el regreso de Jesús Navas al equipo en casa. Espectacular la ovación del sevillismo, deseoso de disfrutar con el canterano, que salió junto a Pizarro, otro futbolista con hambre.
El Sevilla persistió. No hubo tregua y fue Escudero, tras una gran combinación con Nolito, quien marcó cruzando la pelota al portero (73’) para acercar la victoria. Una victoria que no se resistiría por mucho que la Roma, con una sucesión de cambios en sus filas, lo intentó. Nolito, en otra acción por la izquierda, puso el 2-0 con un disparo raso al más puro estilo Nolito (89’). Dzeko, con un latigazo lejano, hizo el tanto del honor (91’).