Un triunfo con dedicatoria especial

Primera victoria en Cataluña tras el desagradable incidente en una peña de Barcelona en enero

17 sep 2017 / 20:33 h - Actualizado: 17 sep 2017 / 23:20 h.
"Sevilla FC","José Castro","N'Zonzi","Walter Montoya","Eduardo Berizzo","Muriel"
  • Los integrantes de varias peñas sevillistas de Cataluña posan en las inmediaciones del estadio del Girona, antes del partido.
    Los integrantes de varias peñas sevillistas de Cataluña posan en las inmediaciones del estadio del Girona, antes del partido.

El pasado mes de enero, una de las peñas sevillistas en Cataluña, la barcelonesa ‘A mil kilómetros de Nervión’, recibía una visita cobarde de unos encapuchados que se sentían encolerados por ver disfrutar tan asiduamente a hinchas del Sevilla en la capital catalana. Los aficionados blanquirrojos celebraban, entre mujeres, niños y personas mayores, su aniversario y la visita del equipo nervionense a la Ciudad Condal. Aquel triste episodio quedó enterrado: no hubo culpables, no hubo detenciones –al menos que se sepa–. La de este domingo en Girona, con la citada peña en primera fila en Montilivi, es el mejor bálsamo para la impotencia de quienes fueron atacados. El Sevilla, aquel día de enero, perdió en Cornellà y más tarde, en abril, en el Camp Nou, por lo que no había podido dedicarle una victoria a sus hinchas en la llamada novena provincia andaluza.

Lo ha hecho en Girona, en su primera visita oficial a Montilivi, donde el equipo de Berizzo ha rubricado un excelente comienzo en la Liga: diez puntos de doce. No brilla el Sevilla, pero sí rinde. Dos cosas perfectamente compatibles y meritorias teniendo en cuenta las rotaciones sensibles que realiza el entrenador, al que se le puede achacar cierta tardanza en los cambios pero no el amplio uso que le está dando a la plantilla. Sin Navas, Pareja, Escudero, Pizarro, Ben Yedder, Kjaer, Nolito ni Correa, el Sevilla ganó en Girona, plaza llamada a incomodar a quien la visite.

El partido deja varias lecturas. De atrás hacia adelante nos encontramos con un Sevilla que sólo ha encajado un gol en cuatro partidos –en Girona Sergio Rico no tuvo que hacer ninguna intervención de mérito–, que se siente más cómodo cuando N’Zonzi juega solo como pivote por delante de la defensa –perdón por la insistencia en este aspecto–, que domina cuando Banega aparece y que necesita que Muriel afine su punto de mira. Las características de juego del colombiano invitan a pensar en un gran jugador, pero a este ritmo de aciertos y fallos ante el portero se quedará simplemente en buen futbolista. Merece paciencia, por supuesto. La que se le agota a Montoya.