Una madre el día de la madre

Lo del jueves puede y debe eclipsar lo de este domingo en Cornellà

01 may 2016 / 19:09 h - Actualizado: 01 may 2016 / 21:52 h.
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  • Cristóforo se lanza al suelo para impedir el avance de un jugador del Espanyol. / Efe
    Cristóforo se lanza al suelo para impedir el avance de un jugador del Espanyol. / Efe

El tristísimo partido que ha firmado este domingo el Sevilla provoca una mezcla de sensaciones extraña. Si por un lado todo el mundo entendió y aplaudió la decisión de dejar a casi todo el arsenal en Sevilla, por otro no era poca la indignación del personal viendo cómo sólo el ímpetu de los canteranos mantenía a los de Unai Emery en el partido ante un limitadísimo Espanyol, que agradeció el regalito del Sevilla, una auténtica madre en el día de la madre.

Todo cobrará algo de sentido si el jueves el Sevilla se impone al incómodo Shakhtar Donetsk y pasa a la final de la Europa League. En la Liga, tiempo habrá para analizar –por enésima vez– qué le ha pasado al Sevilla esta temporada para, de momento, ser el único equipo de las cinco grandes ligas de Europa que no sabe lo que es ganar de visitante. No lo ha hecho el equipo de Unai en 18 partidos –sería equipo de descenso en este sentido, con sólo nueve puntos–; no lo hace el Sevilla desde el 23 de mayo de 2015, en la última jornada del pasado campeonato (2-3 en La Rosaleda de Málaga).

La imagen dada en Cornellà fue pobre, por emplear un calificativo suave. No hay excusa en las rotaciones para algunos jugadores que bien podrían ser titulares en cualquier encuentro de importancia. Canteranos al margen –muy buena disposición ofensiva de Matos, Cotán y Curro–. Perder una vez más, como así sucedió, podría entenderse por lo que está por llegar. Sin embargo, la imagen ofrecida agrava aún más el cúmulo de impotencia que arrastra el sevillista en toda la Liga. Poca explicación tiene una racha que, para más inri, es calcada a la que ya tuviera el Sevilla hace tres años y que contrasta con el excelente rendimiento en Nervión: 43 puntos.

Si los hinchas del Sevilla salen con una sonrisa el jueves del Sánchez-Pizjuán, el eclipse esperado se habrá consumado. Ya nadie se acordará de la Liga. No se puede estar en todas las batallas y pretender ganarlas, salvo que tengas un súper equipo como el que sí tenía el Sevilla hace diez años. Eso sólo pasa una vez cada muchísimos años. Al Sevilla le queda lo más bonito. Tiempo habrá para lo ya terciario: la Liga.