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José Castro, junto a Herrera (FAF) y Del Bosque. / M. Gómez
La muerte de Jimmy, el seguidor del Deportivo asesinado a finales de 2014 antes de un partido entre el equipo coruñés y el Atlético de Madrid, ha supuesto un antes y un después en el fútbol español. Desde entonces, todo aquello que se tapaba con capas de arena más o menos finas se persigue sin descanso. Otra cosa es que las denuncias se traduzcan en sanciones reales. La Liga de Fútbol Profesional , conforme a la normativa de la Federación Española de Fútbol, envía cada martes al Comité de Competición un escrito denunciando aquellos cánticos que incitan a la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. Ese mismo escrito es, a su vez, trasladado cada jueves a la Comisión Antiviolencia. Muchas de esas denuncias tienen como protagonistas a aficionados del Sevilla, y más concretamente a Biris Norte.
En cualquier caso, las medidas destinadas a luchar contra la violencia (física o verbal) en el fútbol ni se centran sólo en los cánticos ni proceden exclusivamente de organismos españoles. De hecho, días atrás, con motivo del encuentro de Europa League contra el Villarreal en El Madrigal, el Sevilla anunció que en la reunión de seguridad previa al partido se comunicó a ambos clubes que se impediría la introducción de toda indumentaria y elementos con mensajes o expresiones de contenido violento, xenófobo, racista o que incluyesen alusión a la palabra ultra en todas sus extensiones. Una medida que levantó ampollas y provocó una manifestación a las puertas del Sánchez-Pizjuán convocada por Biris Norte.
Pero no ha quedado ahí la cosa. Con motivo del choque del pasado domingo, aficionados sevillistas denunciaron la prohibición de acceder al estadio del Villarreal con banderas del Centenario –entre otras–, así como la invitación de los responsables de seguridad del club castellonense de cantar, tras haber sido reubicados en una zona distinta a la prevista. “Me llegó algo de que la seguridad requisó banderas del Centenario e incluso instó a algunos aficionados nuestros a que no animaran. Si es así, me parece mal, porque no se estaría siendo uniforme. Tenemos pensado pedir explicaciones a la LFP, porque en algunos estadios ocurre eso y en otros no. Vamos a hacerlo llegar para que exista una sintonía. Somos los primeros que no queremos que haya violencia y queremos cumplir la normativa, pero no entendemos que se prohiba cantar”, dijo este lunes José Castro.
Los rectores nervionenses tienen previsto hablar este martes con la LFP para pedir un trato acorde a lo que se considera justo. Y no es la primera vez que se celebran estas reuniones.