Agricultura

Alegría contenida entre los agricultores por la dotación para riego: "Nos lo cuentan hace un mes y no nos lo creemos"

Cultivos como el tomate o el pimiento, que requieren de gran aporte hídrico, contarán con 4.000 hectómetros este 2024, 2.000 menos que en una campaña normal

El algodón ya ha comenzado a brotar, aunque "el verano es muy duro y Dios dirá", aseguran desde la Interprofesional

Plantación de tomate de industria en el Bajo Guadalquivir hace un par de semanas.

Plantación de tomate de industria en el Bajo Guadalquivir hace un par de semanas. / El Correo

Clara Campos

Clara Campos

Hace mes y medio, nadie auguraba que el campo andaluz iba a tener una oportunidad. Tras dos años con los cultivos desaparecidos o diezmados, las lluvias que trajo la borrasca Nelson durante la Semana Santa han cambiado el horizonte de manera radical. La sequía sigue sobrevolando los cultivos pero, a corto plazo, se va a poder sembrar y plantar, algo que no estaba en las quinielas de prácticamente nadie.

Los agricultores de los diferentes cultivos -entre los más beneficiados, el arroz, el tomate, el pimiento, el olivar de regadío o el algodón- no pueden ocultar su alegría -si bien es contenida-, tras meses contrariados, que se han traducido en protestas que se extendieron por todo. "No vamos a poder llegar al 100%, pero si nos dicen hace un mes que íbamos a estar así a día de hoy, no nos lo hubiésemos creído", ha reconocido el presidente de la Organización Interprofesional del Algodón -Espalgodón-, Enrique González.

La situación de mejoría se ha confirmado hoy después de que la reunión de la Comisión de Desembalse de la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir haya decidido casi triplicar las dotaciones respecto a 2023 hasta los 1.040 hm³ tras la propuesta de la CHG. Hay que tener en cuenta que el 87% del agua de la Cuenca del Guadalquivir se emplea para el regadío, un 10% para el abastecimiento -es decir, consumo humano- y un 3% industrial.

Hay que tener en cuenta que el 87% del agua de la Cuenca del Guadalquivir se emplea para el regadío, un 10% para el abastecimiento -es decir, consumo humano- y un 3% industrial.

Asimismo, su presidente, Joaquín Páez, ha declarado que la campaña se iniciará este mismo jueves, 25 de abril, y finalizará el 30 de septiembre. En este periodo la dotación será de 1.010 hm³ y se reservarán 30 para el mes de octubre, para los regadíos tardíos.

El algodón sevillano volverá tras dos campañas prácticamente en blanco.

El algodón sevillano volverá tras dos campañas prácticamente en blanco. / Espalgodón

En el caso del algodón, Sevilla es la principal provincia beneficiada, ya que, con unas 35.000 hectáreas sobre las poco más de 51.600 del total andaluz, lidera la superficie del cultivo. "Ya están naciendo los primeros hilos del algodón". Aprovechando la humedad, los agricultores han sembrado, aunque tendrán que esperar a septiembre para ver los resultados definitivo de sus cosechas. "El verano es muy duro y Dios dirá, pero es una gran noticia el desembalse acordado", ha subrayado González.

Pimientos y tomates, con la máxima dotación posible

Tanto el tomate como el pimiento, que se plantan en los entornos de localidades como Los Palacios o Lebrija, perciben la dotación máxima debido a que el aporte hídrico que necesitan estos cultivos es muy alto. Páez ha anunciado que, en estos casos, se pasará de los 6.000 m³ por hectárea a los 4.000. "No estamos contentos del todo, pero con el panorama que se nos presentaba, no se puede hacer mucho más", ha señalado el responsable nacional de Transformados de COAG, Diego Bellido.

Muchos agricultores de la zona van a dejar sus tierras en barbecho después de apostar por otras opciones -como las habas o el trigo-, por lo que puede ir más agua a los terrenos destinados al tomate y al pimiento, lo que reactivará los cultivos "más sociales" en cuanto lo que supone para el empleo, donde se incluye también el maíz dulce. "Requiere mucha mano de obra y eso se traduce en riqueza para la zona", ha apuntado Bellido, quien también ha augurado que se recuperarán cultivos como el boniato, que, debido a la alta aportación hídrica que requiere, se había abandonado en los últimos años en la zona.

El arroz vuelve al Bajo Guadalquivir

También las marismas del Guadalquivir van a recuperar el paisaje gracias al arroz. En pueblos como Isla Mayor en Sevilla, con dos años a cero, va a volver el horizonte infinito de láminas de agua después de que, solo en 2023 el cultivo sufriera pérdidas de más de 700 millones de euros y 5.000 empleos en la pasada campaña, según la Federación de Arroceros de Sevilla. En este caso, el desembalse es de 264 hm³, "dos tercios de lo que pueden tener en una campaña normal", ha asegurado Páez.

Campos de arroz en el entorno de Isla Mayor.

Campos de arroz en el entorno de Isla Mayor. / / EL CORREO

"Tendremos que administrar bien el agua e intentar mantener los puestos de trabajo tanto de la agricultura directa como en el tema de la pesca, que también fija mucha población rural", ha asegurado por su parte el presidente de la Junta Central de Regantes de la Margen Derecha, Álvaro Pallarés, quien ha añadido que tendrán que mirar al cielo "mientras se llevan a cabo las obras para evitar la salinidad del río", un tema que les afecta de manera directa.