Abengoa no tiene dinero para pagar en plazo todas las nóminas de julio porque las negociaciones para cerrar el acuerdo con los acreedores no van a un ritmo adecuado. De hecho, estaba previsto que esta semana se anunciase la presentación del acuerdo para que los acreedores se adhieran, pero aún no hay fecha, así que no se han producido más inyecciones de liquidez.
Por ahora, lo que sí ha informado el consejero delegado de Abengoa, Joaquín Fernández de Piérola Marín, a sus trabajadores es que “resulta inviable atender la nómina de julio al completo en las fechas habituales” y que solo “se pueden pagar en fecha y de manera completa las nóminas del 60 por ciento del personal”, según reza en el correo electrónico enviado a la plantilla.
Sobre el resto de los salarios, el 40 por ciento, la compañía asegura que “de acuerdo con las previsiones actuales, confiamos poder atender el resto pendiente antes del próximo día 10 de agosto”, indica el email al que tuvo acceso este periódico.
Eso sí, el plan de pago prevé abonar primero las nóminas de menor cuantía hasta agotar los recursos disponibles. «Esto permite que se puedan pagar en fecha y de manera completa las nóminas del 60 por ciento de la plantilla”, añade la misiva.
El optimismo del consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, quien afirmó que es optimista respecto a las posibilidades de llegar un acuerdo con Abengoa para refinanciar su deuda, contrasta con las justificaciones de Abengoa para retrasar el pago de las nóminas: «Las negociaciones no avanzan al ritmo que desearíamos y, por tanto, resulta inviable atender la nómina de julio al completo en las fechas habituales», afirma el directivo a los trabajadores.
Fernández de Piérola ha destacado que siguen las negociaciones para «asegurar un acuerdo que permita la reestructuración de Abengoa» y «tener la liquidez necesaria». En ese momento, según anuncia, «la compañía se estabilizará y dispondrá de los recursos necesarios para ejecutar el plan de viabilidad revisado».
Por ahora, Abengoa está pendiente de cerrar el acuerdo definitivo de refinanciación, que completaría el principio de acuerdo anunciado en la junta general extraordinaria del 30 de junio con la que espera dar una solución a su actual situación financiera. De hecho, se espera que en días la compañía anuncie la presentación a los acreedores de su nuevo plan de reestructuración. A partir de entonces, bonistas y bancos tendrán 30 días para adherirse al acuerdo. En paralelo se convocará una junta extraordinaria –con un plazo de 30 días– con el objetivo de llevar al juez el pacto definitivo que salve a la empresa del preconcurso. El siguiente paso será una ampliación de capital con la nueva inyección de fondos.
La ingeniería sevillana y sus acreedores firmaron un principio de acuerdo que establece sus nuevas necesidades de liquidez en unos 1.200 millones de euros, frente a los 1.500-1.800 millones iniciales. Las tensiones de liquidez de la multinacional se han ampliado en los últimos tiempos, de ahí que ya anunciase a principios de la pasada semana a sus trabajadores que se produciría una demora de carácter excepcional en el abono de la paga extra de verano.
Por otra parte, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha afirmado este viernes que es optimista respecto a las posibilidades de llegar un acuerdo con Abengoa para refinanciar su deuda y que la entidad se está «desviviendo» para que sea así.
“No puedo ser más que optimista por naturaleza”, dijo en la presentación de resultados del primer semestre y donde ha recordado que la solución no depende sólo de CaixaBank, sino de muchas partes.