Abengoa llega a un principio de acuerdo con los acreedores para salvarse

La multinacional comunica a la CNMV un plan que recoge abrir líneas de créditos de 1.200 millones de euros y renovar los préstamos urgentes que han ido dando bancos y bonistas en los últimos meses. Los actuales accionistas se quedarán con el 5% de la nueva empresa y la familia Benjumea con el 2,5%

10 mar 2016 / 08:54 h - Actualizado: 10 mar 2016 / 22:40 h.
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  • Instalaciones de Abengoa en Palmas Altas. / José Luis Montero
    Instalaciones de Abengoa en Palmas Altas. / José Luis Montero

La compañía ha informado que ha acordado con los asesores de dichos acreedores las bases para un acuerdo de restructuración de su deuda financiera y recapitalización del grupo, considera que esas bases contienen los «elementos esenciales para alcanzar un futuro acuerdo de reestructuración» que, en todo caso, estará sujeto a que se alcance el porcentaje de adhesiones que requiere la ley, el 75 por ciento de la masa acreedora financiera. Los principios fundamentales de dichas bases son los siguientes.

El importe del dinero nuevo que se prestaría a Abengoa ascendería a una cantidad entre 1.500 y 1.800 millones de euros y por un plazo máximo de 5 años. Los financiadores tendrían derecho a recibir un 55 por ciento del capital social. Dicha financiación tendría un rango superior a la deuda antigua y estaría garantizada con determinados activos, incluyendo acciones libres de Atlántica Yield.

Por otro lado, el importe de la deuda antigua objeto de capitalización se correspondería con un 70 por ciento de su valor nominal. Dicha capitalización otorgaría el derecho a suscribir un 35 por ciento del nuevo capital.

Así, ésta sería una de las principales patas del plan (junto con los nuevos créditos por valor de 1.200 millones y la renovación de créditos urgentes dados en los últimos meses), la aplicación de una quita del 70 por ciento a la deuda corporativa del grupo, que se cifra en algo más de 9.000 millones a fecha de hoy. Unos 4.000 millones pertenecen a emisiones de bonos y algo menos de esa cantidad son créditos tradicionales de la banca. El resto son avales y otras líneas de financiación.

En tercer lugar, como hemos avanzado, la deuda financiera correspondiente a las líneas de liquidez concedidas al grupo con fecha 23 de septiembre y 24 de diciembre de 2014 por un importe total de 231 millones de euros (más gastos financieros devengados) será objeto de refinanciación mediante la extensión de su plazo por dos años. Dicha deuda estaría garantizada con las acciones de Atlántica Yield y sería objeto de amortización anticipada en caso de venta de las acciones de Atlántica Yield o emisión de un canjeable sobre dichas acciones. Es decir, Abengoa Yieldco, rebautizada como Atlantica, se sigue usando como garantía y llegado el caso se venderá para quitar deudas.

Además, se acuerda que el importe del aumento del capital que se reservaría a quienes aportaran los 800 millones de euros de avales que se solicitan, sería del 5 por ciento del nuevo capital.

Al término del proceso de reestructuración, los actuales accionistas de la sociedad ostentarían una participación del 5 por ciento en el capital social. Eventualmente, podrían aumentar dicha participación en un porcentaje a acordar no superior a un 5 por ciento adicional, en caso de que, en un plazo de cinco años, se haya satisfecho en su totalidad tanto las cantidades adeudadas en virtud de la nueva financiación que se aportase en el marco de la reestructuración como la deuda existente (tal y como hubiese sido reestructurada), incluyendo sus costes financieros. Se prevé que se unifiquen en una sola las dos clases de acciones existentes en la actualidad.

La familia Benjumea, junto a otros socios, controla en la actualidad el 51% de los derechos de voto a través de Inversión Corporativa. Según el plan, se quedarán con el 2,5% de la Nueva Abengoa. Si el grupo pagara toda la deuda, podrían recuperar hasta el 5%.

Según fuentes de la empresa, «se ha trabajado intensamente para encontrar una solución sólida con el objetivo de dotar a la compañía de un nuevo marco operativo estable a partir del cual la compañía pueda crear valor y retorno económico para todos los stakeholders (inversores) a largo plazo».

Asimismo, añaden estas fuentes que el trabajo realizado hasta hoy se ha hecho “con el claro propósito de que el mercado acepte la propuesta marco y se llegue a una aprobación del 75 por ciento” (con los ajustes básicos necesarios y característicos - previsibles- en este tipo de procesos).

Abengoa sigue operando con normalidad garantizando un «negocio sólido, sobre el cual crear valor y maximizar nuestra tecnología, nuestra I+D y nuestro pipeline».

La multinacional y los equipos colaboradores trabajaran para cumplir con los objetivos establecidos en el redimensionamiento de la compañía, para dotarla de la seguridad financiera necesaria y aportar el liderazgo y la gestión que permita el desarrollo del potencial operativo y financiero de la compañía, así como su crecimiento y la generación de beneficios, añadieron estas fuentes.

Ahora la multinacional sevillana necesita el apoyo de tres quintas partes de la masa acreedora financiera antes del 28 de marzo, por los que los negociadores tendrán que darse prisa. Por ahora, el acuerdo engloba a poco menos del 40 por ciento: el G7 (CaixaBank, Santander, Bankia, Sabadell, Popular, Crédit Agricole y HSBC) y los fondos de inversión tenedores de bonos liderados por Houlihan Lokey. Con todo, el concurso -que sería el mayor de la historia española- parece alejarse.