-
Instalaciones de Abengoa en Palmas Altas, Sevilla. / Manuel Gómez
El preconcurso de acreedores que pesa sobre Abengoa desde noviembre del pasado año ha tenido un reflejo muy negativo en sus cuentas semestrales. La multinacional sevillana registró de enero a junio de este año unas pérdidas de 3.688 millones de euros, frente a un beneficio de 72 millones en el mismo periodo del año pasado. La causa es el fuerte deterioro sufrido por los activos del grupo y el parón del negocio como consecuencia del proceso de ajuste y reestructuración actual.
Según informó ayer la multinacional sevillana, estas pérdidas se deben «al reconocimiento de pérdidas derivadas del deterioro de determinados activos y a la ralentización generalizada del negocio».
El grupo, a la espera de las adhesiones al acuerdo de reestructuración de su deuda, informó de que su volumen de negocio se ha reducido hasta los 1.215 millones (-63,3 por ciento), frente a los 3.307 millones registrados en la primera mitad de 2015. El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 51 millones de euros. Hace un año fueron 589 millones.
La compañía se anotó unos números rojos de 1.812 millones de euros por amortización y deterioros del valor de sus activos. En total, los impactos negativos llegaron hasta los 3.253 millones de euros.
El importe correspondiente al deterioro de activos y sociedades asciende a 3.079 millones, por la menor valoración de los activos de bioenergía en Estados Unidos y Europa y de líneas de transmisión en Brasil. En bioenergía, las pérdidas ascienden a 1.256 millones de euros por el menor valor de plantas de etanol de primera y segunda generación que se encuentran al amparo del Chapter 11 (Ley de Quiebras) en Estados Unidos, así como en Europa tras el proceso de quiebra y liquidación de la planta de Rotterdam. Además, se esfumaron 946 millones por la pérdida de valor de las líneas de transmisión brasileñas y el grupo tuvo otros impactos negativos por 877 millones por la venta o hibernación de proyectos.
No obstante, de enero a junio la sevillana se adjudicó proyectos por 800 millones en Arabia Saudí, Omán y Perú, entre otros países.