La economía andaluza sigue mostrando signos de recuperación. El buen comportamiento del sector turísticos y sobre todo el afianzamiento de las exportaciones están ayudando a la comunidad a mantener el repunte de su Producto Interior Bruto (PIB) por encima del 3 por ciento. Según el último informe Situación Andalucía, elaborado por el servicio de estudios BBVA Research, la economía andaluza crecerá este año un 3,2 por ciento, mientras que se espera un 2,5 por ciento para 2018, por lo que la comunidad suma así cinco años consecutivos creciendo una media del 2,5 por ciento.
Las previsiones son «prudentes» dada la situación de incertidumbre en la que se encuentra la economía española por la crisis catalana. Sin embargo, de cumplirse, en Andalucía podrían crearse 206.000 puestos de trabajo hasta finales de 2018, lo que supone una quinta parte de la creación de empleo nacional. La tasa de paro se reduciría hasta el 23,2 por ciento (2,2 puntos porcentuales por debajo de la última Encuesta de Población Activa), aunque el responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, Rafael Domenech sostiene que es un porcentaje «socialmente inaceptable». Por ello, desde el servicio de estudios insisten en la necesidad de seguir impulsando medidas para llegar a reducir por debajo de un 10 por ciento la tasa de paro y crear empleo estable y de calidad.
Con estos datos, el territorio andaluz podría acercar su PIB en 2018 cerca de los niveles precrisis, según BBVA Research. No obstante, el empleo seguiría siendo una cuenta pendiente, ya que todavía estaría un 9 por ciento por encima de lo que estaba en los inicios de 2008.
El impulso de la economía andaluza se sustenta en varios factores. El principal de ellos es el aumento del consumo privado, que se ha visto impulsado «por la mejora de la confianza del consumidor, unos tipos de interés bajos y el incremento de las nuevas operaciones de crédito». También ha tenido que ver el crecimiento de la afiliación de la Seguridad Social en un 3,8 por ciento, por encima de la media nacional. Este impulso del empleo fue especialmente notable en grandes ciudades como Málaga y Sevilla. De hecho, ya hay cuatro capitales de provincia andaluza (Huelva, Jaén, Málaga y Almería) que han recuperado el nivel de empleo previo a la crisis. Más trabajo y más renta disponible, que repuntó en la misma línea que la afiliación.
Pero si hay un factor realmente vinculante con el crecimiento de la economía andaluza es el de las exportaciones. Fueron relevantes las ventas de alimentos al exterior, así como las de bienes de equipo y las de productos energéticos.
A pesar de que el crecimiento del turismo ha empezado a estancarse –principalmente en las zonas costeras–, Domenech sostiene que Andalucía todavía tiene margen de mejora. Aunque no será gratuito, para ello es necesario «mantener la fidelidad» y «convertir a ese turista en permanente».
La inversión privada también denota mejoría, sobre todo en lo que se refiere a la construcción de vivienda residencial, lo que justifica que la afiliación en el sector de la construcción crezca más del doble, según BBVA Research.
Si por algo es destacable esta recuperación económica es porque está enmarcada en un entorno de reducción del déficit autonómico. No obstante, si el Gobierno andaluz cumple con sus deberes la comunidad «probablemente» cumpla con sus compromisos de deuda este año.
Efecto de los conflictos
La incertidumbre generada por la crisis catalana podría generar un retroceso económico en España, que se vería reflejado en el territorio andaluz. Desde BBVA Research estiman que las tensiones causadas por el desafío secesionista catalán podrían retraer el crecimiento de la economía en un 0,3 por ciento, y «en el peor de los casos» descender a un punto porcentual.
Junto al conflicto catalán, la economía andaluza es una de las más expuestas a los efectos inciertos del brexit. No sólo por las ventas al exterior, sino también por la recepción de turistas británicos que visitan Andalucía o por la inversión inmobiliaria que hacen, principalmente, en la costa andaluza.