Carmen Castilla reivindica una UGT-A «honesta» y «renovada»

La secretaria general de UGT-A abre el XI Congreso del sindicato apelando al diálogo social y a la unidad para acallar las críticas contra la acción sindical

08 abr 2016 / 09:03 h - Actualizado: 08 abr 2016 / 09:05 h.
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  • Jiménez Barrios, Sanz, Díaz, Castilla, Espartero y Villalobos, delante de consejeros de la Junta y sindicalistas de UGT, ayer. / Manuel Gómez
    Jiménez Barrios, Sanz, Díaz, Castilla, Espartero y Villalobos, delante de consejeros de la Junta y sindicalistas de UGT, ayer. / Manuel Gómez

Con sus propias palabras, han sido «819 días muy complicados». Los dos años y tres meses que Carmen Castilla ha estado al frente de UGT Andalucía han sido «un máster y una carrera» de experiencia sindical que quiere alargar siendo reelegida en el XI Congreso ordinario que arrancó ayer. En él agradeció a los 261 delegados sindicales que defiendan los derechos de los trabajadores y «la honestidad y honorabilidad de las siglas de la UGT».

Ante las duras críticas contra la gestión del sindicato, Castilla defendió su «fortaleza» y apostó por la unidad y la transparencia. «Si estamos unidos, si somos compañeros, nadie podrá con nosotros», sentenció tras resaltar la necesidad de recuperar el diálogo frente a la «demonización» de la concertación social.

Un diálogo que también defendieron en el mismo escenario el secretario general de CCOO-A, Francisco Carbonero, y el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara. De hecho, mientras la atención informativa estaba en la reunión en Madrid para intentar formar gobierno, ambos se ponían como ejemplo de diálogo y se lo reclamaban a la propia Susana Díaz. Minutos antes, la presidenta de la Junta intervenía en el acto de apertura del congreso de UGT-A y afirmaba que si en los inicios era difícil ser sindicalista, «ahora es más complejo porque muchos pusieron en cuestión el papel de los sindicatos». Un papel que calificó de «imprescindible».

Eso mismo defendió Castilla. Para ella la precariedad laboral y las dificultades sociales refuerzan la razón de ser de los sindicatos de clase. «Somos tan criticados, día sí y día también, y a pesar de todo, ahí estamos, en las mesas de negociación, en las empresas», espetó tras recordar los 150.000 afiliados de su organización.

«Los trabajadores están con nosotros, hay que renovarse aún más, cambiar muchas cosas», dijo, porque son «momentos muy complicados». Y para ello: «mayor transparencia en la gestión». No aludió a las investigaciones judiciales y administrativas abiertas contra el sindicato, pero sí dijo que no tienen «nada que ocultar».

Además, apostó por reducir la estructura y estar más cerca de las secciones sindicales para reforzar la acción sindical. A su juicio, UGT-A debe luchar por recuperar el poder adquisitivo de los salarios, por la aplicación de un plan integral de empleo y por incrementar la prevención de riesgos laborales.

Más y mejor empleo es lo que pidió Castilla, así como Carbonero y González de Lara, ante un auditorio del hotel Vértice Aljarafe de Bormujos con invitados «institucionales» y «fraternales». Entre los primeros, el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, y la secretaria general del PP-A, Dolores López, quien tuvieron que escuchar duras críticas contra el Gobierno del PP. Más feeling había con Micaela Navarro, presidenta del PSOE, quien coincidió en el acto con cinco consejeros de la Junta (Jiménez Barrios, Montero, Sánchez Maldonado, Ramírez Arellano y Sánchez Rubio), así como con los alcaldes de Bormujos, Mairena del Aljarafe, Gines y Écija, entre otros.