Las 318 nuevas plazas hoteleras del hotel Eurostars Torre Sevilla –del grupo Hotusa– podrán tener la máxima calificación, las cinco estrellas, tras la modificación del Registro de Turismo que permite acogerse a exenciones en determinados requisitos por dificultades técnicas siempre y cuando se aprueben al mismo tiempo otras compensaciones.
Ahora, el grupo Hotusa tendrá que solicitar a la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla la clasificación y ésta deberá pedir a la delegación territorial de la Consejería de Turismo de la Junta un informe que certifique que la instalación hotelera se adapta a la nueva normativa. Un texto que se publicará en breve en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) tras su aprobación en el Consejo de Gobierno andaluz del pasado 18 de octubre.
En enero de 2015, la Junta denegó a Hotusa la apertura de un hotel de cinco estrellas en la conocida entonces como torre Pelli por incumplir la normativa andaluza. La Consejería de Turismo y Comercio argumentó entonces que el rascacielos carecía de la estructura necesaria para albergar un alojamiento de lujo por dos motivos fundamentales: que un hotel de cinco estrellas debe tener una escalera exterior exclusiva para clientes y también debe contar con ventilación exterior en cada una de las habitaciones, algo imposible en un rascacielos porque los ventanales tienen que ser fijos por razones estructurales. El proyecto de Hotusa en Torre Sevilla no cumplía ninguna de las dos condiciones.
Así, Puerto Triana recurrió la decisión de Turismo y decidió proponer ampliar la escalera de 1,20 metros a 1,30, para lo que era necesario una importante obra.
Sin embargo, con la modificación aprobada por el Ejecutivo andaluz, los incumplimientos técnicos del hotel de Hotusa no serán un impedimento para que logre la máxima calificación porque, según fuentes consultadas, «si a una instalación le falta ventilación o una escalera, se puede compensar con otros extras». «El cambio normativo se aprobó para ganar flexibilidad y adaptarse a la realidad porque el decreto de 2014 no lo hacía», apostillaron estas fuentes.
En realidad, el objetivo del cambio es eximir a hoteles ubicados en edificios históricos de realizar adaptaciones y a las pequeñas pensiones de contar con una superficie mínima para las zonas comunes, siempre que los informes técnicos acrediten la imposibilidad de hacerlo y «nunca» por motivos económicos. Se pretende, por tanto, adaptar la normativa a los nuevos modelos de alojamientos turísticos y, de paso, facilitar la apertura de instalaciones como la de Hotusa en el rascacielos diseñado por el arquitecto César Pelli.
Actualmente la zona que ocupará el hotel, es decir, de la planta 25 a la 37 (17.000 metros cuadrados) está en obras para que en el primer trimestre de 2017, previsiblemente antes de la próxima Semana Santa, se inauguren estas instalaciones que pretenden tener la categoría de premium. Será el sexto hotel del Grupo Hotusa en Sevilla y el vigesimosegundo que la compañía tendrá en la comunidad. Por ahora se desconoce el precio de las habitaciones y si los sevillanos tendrán que pagar por subir al mirador del rascacielos, el edificio andaluz más alto con 180,5 metros.
Ayer mismo la compañía hotelera catalana anunció que ofrecerá 318 nuevas plazas hoteleras distribuidas en 159 habitaciones en la torre propiedad de CaixaBank.
¿Y cómo serán estas habitaciones? Primará «la racionalización de los espacios, la funcionalidad y la calidad de los materiales, junto a un diseño que hace referencia a la ciudad y a la cultura local».
El establecimiento incluirá una gama de habitaciones que van desde la estándar doble y la doble ejecutiva, pasando por la suite, hasta llegar a la gran suite presidencial, en la planta 33, que cuenta con una espectacular panorámica del centro histórico y los principales monumentos de la capital.
El protagonismo de la fachada compone una distribución de la habitación poco frecuente que ha sido obra del reconocido estudio de arquitectura y diseño interior, GCA Arquitectos Asociados, que pretendía «buscar un equilibrio entre la arquitectura rabiosamente moderna del contenedor y el lenguaje tan característico de la cultura andaluza y sevillana, sin caer en los tópicos», explican. Un ejemplo: las puertas tienen un diseño moderno y sobrio, pero con unos detalles que recuerdan los bordados de los trajes de flamenca.