Comercializadores de aceite abogan por certificados inferiores a tres meses

Envasadores y exportadores detectan en un estudio que uno de cada cuatro lotes de aceite analizados presentan diferencias organolépticas, lo que está tipificado en la ley como fraude

21 nov 2016 / 08:33 h - Actualizado: 21 nov 2016 / 08:36 h.
"Aceite de oliva"
  • Un técnico toma una muestra de aceite de oliva. / José Pedrosa (Efe)
    Un técnico toma una muestra de aceite de oliva. / José Pedrosa (Efe)

Envasadores y exportadores de aceite de oliva quieren dejar que se trate como fraude las discrepancias originadas por el sistema de catas que certifica la calidad del oro verde para su comercialización. Para ello la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) y la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) recomiendan, como medida de refuerzo, que las empresas soliciten a sus proveedores un certificado que acredite la calidad de los aceites si es Virgen o Virgen Extra–. Además, recomiendan que dicho documento no tenga una antigüedad superior de 90 días.

Con esta medida, envasadores y exportadores pretenden hacer frente a la «inseguridad jurídica» a la que se enfrentan estas empresas, explica el director de Anierac, Primitivo Fernández. Además, es una forma de asegurar la trazabilidad de todas las etapas de la cadena, desde la producción, pasando por el envasado, hasta el día en que caduca.

La Comisión Europea estableció este sistema de catas, conocido como panel test, en los años 90, y durante las dos décadas los comercializadores se han encontrado con estos problemas de variabilidad de resultados, que conllevan la declaración jurídica de «fraude, cuando en realidad es discrepancia».

Los comercializadores nacionales e internacionales de aceite califican de subjetivo el método. Así lo avala un estudio que hizo PriceWaterHouse hace tres años en el que se detectaron discrepancias entre la cata del producto y la del panel de control en 30 por ciento de los casos. Es decir, en uno de cada cuatro lotes de aceite analizado se han encontrado discrepancias.

Pese a que se veló porque el sistema fuese lo más objetivo posible y por mucha formación que tengan los catadores, hay un componente de subjetividad que «no da completas garantías». Como explica el director de Aniearc, las características organolécticas que miden la calidad en dichas catas pueden ser dispares según la variedad de la aceituna, el año de cosecha o la producción, pero además, «al ser un parámetro dinámico se pueden ir perdiendo con el tiempo», por lo que no es lo mismo un aceite recién molido, que el que lleva seis meses.

La discrepancia en las catas, además de llevar aparejada una sanción económica, tiene un coste de imagen para el aceite de oliva. En este sentido, envasadores y exportadores recalcan la responsabilidad que tienen a la hora de «garantizar ante los consumidores que el producto que se envasa y comercializan se corresponde con las características que rezan en el etiquetado».

¿Tiene algún efecto en el consumidor? Fernández asegura que esta medida no afecta a la calidad del producto, sino que supone un control en el paso previo a la comercialización. Sí confunde al consumidor, pero «los aceites siempre llegan en perfecto estado», ya que las catas afectan a resultados analíticos y no al resultado final, recalca. Conclusión: la medida propuesta es un seguro de garantía para el consumidor.

Donde sí ha tenido un coste en en la exportación. Ante las informaciones que ponían en duda los procesos de calidad, el consumo en Estados Unidos y Australia ha sufrido una merma. Motivo por el que las asociaciones sostienen que hay «intereses para posicionar sus propios aceites (los de origen extranjero), de bajas producciones y precios más elevados». Según datos facilitados por Asoliva, durante 2016 la importación de oro verde a Estados Unidos será de 300.000 toneladas, 4.000 menos que en 2015, pero el daño es mayor si se tiene en cuenta que las previsiones de todos los expertos para este año eran de vender al país americano 450.000 toneladas.