«Desde hace tres años no nos interesa trabajar en España, fuera todo va mejor»

Su padre creó un pequeño taller a finales de los 80. Dos décadas después la crisis les obligó a salir al extranjero «con una mano delante y otra detrás». Hoy operan en más de 34 países y están dispuestos a conquistar el último continente que les queda: Oceanía

19 mar 2016 / 22:49 h - Actualizado: 19 mar 2016 / 23:22 h.
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  • El director general de Moldtech, Ángel Cejudo, en las instalaciones de la empresa en Alcalá de Guadaíra. / A. P.
    El director general de Moldtech, Ángel Cejudo, en las instalaciones de la empresa en Alcalá de Guadaíra. / A. P.

¿Cómo y cuándo nace Moldtech?

—Mi padre fundó allá por 1988 un pequeño taller de mantenimiento enfocado a dar servicio a empresas locales de prefabricado de hormigón bajo la denominación Cejudo Sociedad Civil. Pero fuimos evolucionando en paralelo con el mercado y la expansión de la construcción en torno al año 95. Tres años después, mis hermanos y yo cogimos las riendas de la empresa. Fue entonces cuando pasó a llamarse Moldtech. En el año 2000 empezamos a hacer maquinaria y moldes para prefabricados de hormigón que al principio se vendían en la región y luego a nivel nacional. Y así fuimos fuertes en el mercado hasta 2007. Un año después vino la crisis e iniciamos los primeros procesos de exportación a través de ferias en países de Oriente Medio y América Latina.

—¿Por qué se caracterizan sus productos?

—Hacemos trajes a medida. Nos sentamos con el cliente, nos cuenta sus necesidades y a partir de ahí le diseñamos su propuesta. Nuestra ventaja es que le damos al cliente el kit completo: diseñamos, fabricamos, montamos, ponemos en marcha y transferimos el conocimiento.

—¿Cómo les afectó la crisis?

—Moldtech es un caso de éxito. Hemos sabido sobreponernos a las circunstancias difíciles. De la necesidad hemos sacado lo mejor de nosotros mismos en cuanto a desarrollo. Nació de una dificultad que es verte sin trabajo y salir fuera con una mano delante y otra detrás. Teníamos impagos de clientes y también problemas de financiación. Pero sabíamos que teníamos un producto vendible, así que decidimos salir al exterior. La exportación es lo que nos ha salvado y nos ha ayudado a crecer.

—¿Cómo fue el proceso de internacionalización?

—Tuvimos que hacernos muy pequeños para volver a renacer. Salimos adelante a base de mucho esfuerzo y fatiga. Pero el secreto está en trabajar, trabajar y trabajar, y todo para el negocio.

—¿Cuándo iniciaron las ventas al exterior?

—La primera que hicimos fue en el año 2010 a Rusia. Desde entonces hemos hecho negocio en Israel, Marruecos, Chile, Perú, etc. pero a partir de 2012 prácticamente todas nuestras ventas se hacen a mercados internacionales. Hoy día casi el 100 por cien de nuestro trabajo está en el exterior y apenas un 5 por ciento de nuestra producción se queda en España. Desde hace tres o cuatro años prácticamente no nos interesa trabajar aquí porque una vez que te montas en el barco de la exportación va todo mejor. No hay problema con la financiación. El cliente sabe que tiene que pagar y que debe hacerlo en orden, aquí se juega más con ese tema.

—¿En qué mercados operan?

—Ahora mismo hemos montado maquinaria en 34 países de cuatro continentes y tenemos proyectos en otros tantos. De todos, la India es nuestro mayor cliente, dado que es un país con un alto nivel de crecimiento. Para este año estamos tratando de llegar a Estados Unidos y Canadá, además de conquistar Oceanía, que es el último continente que nos falta. El estar tan expandidos nos ayuda a superar mejor los tiempos difíciles; por ejemplo, la crisis del petróleo ha provocado una bajada de trabajo en Oriente Medio pero apenas nos ha afectado.

—¿Algún proyecto significativo en marcha?

—Estamos haciendo unos módulos penitenciarios para la primera prisión público-privada de Uruguay. También estamos realizando un proyecto de 3.000 viviendas en Venezuela. Aunque, a decir verdad, todos los proyectos que hacemos son bien grandes.

—¿Cuánto ha crecido Moldtech durante la crisis?

—Más de un 100 por cien. Antes de 2008 la facturación estaba entre los 3 y los 4 millones de euros y el año pasado cerramos con 7 millones de euros.

—¿Y la plantilla?

—Durante la crisis la plantilla estaba en torno a las 20 personas y actualmente está formada por un total de 80 trabajadores.

—Aseguran que uno de sus fuertes es la apuesta por la I+D+I. ¿Qué supone este departamento en su empresa?

—Nuestra apuesta es crear todos los días nuevos productos y mejorar los anteriores. Una máquina que se construyó hace cinco años a día de hoy se reconstruye. Invertimos más de un 10 por ciento de la facturación en este departamento. Cinco personas del área de Diseño se dedican a los temas de investigación e innovación.

—¿Alguna novedad para este año?

—Queremos implantar un sistema que se usa mucho en países que tienen una fuerte demanda de vivienda y que se conoce como carrusel automatizado para la fabricación de paneles. Estamos actualmente en asociación con un consultor alemán para desarrollar juntos este sistema.