«El cambio de modelo es dar facilidades para ser más competitivo»

El 9 de marzo hay elecciones en la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), a la que llegó hace cuatro años. En espera de confirmar su candidatura, Miguel Rus reivindica más que nunca el dragado. «Si queremos más industria, tenemos que crear las condiciones», asevera

13 feb 2016 / 22:04 h - Actualizado: 14 feb 2016 / 09:07 h.
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  • El presidente de la patronal sevillana CES, Miguel Rus, en la azotea del edificio donde se aloja la Confederación, en pleno centro de la ciudad. / Fotos: Pepo Herrera
    El presidente de la patronal sevillana CES, Miguel Rus, en la azotea del edificio donde se aloja la Confederación, en pleno centro de la ciudad. / Fotos: Pepo Herrera

Asegura que aún no tiene decidido si se presentará a la reelección como presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), que celebra elecciones en marzo. Pero Miguel Rus sí quiere estar en el comité ejecutivo de la patronal. Lo importante –dice– no es la persona, sino el equipo.

—¿Qué balance hace de estos cuatro años?

—Han sido años muy duros en los que he tenido que tomar decisiones muy dolorosas e injustas, algo que nunca pensé cuando llegué al cargo. Pero poco a poco hemos conseguido reestructurar la CES.

—¿Le apetece repetir?

—Es una decisión que tengo que tomar en el comité ejecutivo. El día 23 lo veremos, que es cuando se abre el plazo de presentación de candidaturas. Lo importante no es quién sea el presidente, sino que haya un equipo representativo y comprometido.

—¿Ha conseguido cuadrar las cuentas en 2015?

—Todavía no tenemos el cierre completo. En el resultado operativo del ejercicio estamos muy cerca de cuadrar los ingresos con los gastos pero situaciones excepcionales nos han fastidiado. Hemos llegado prácticamente al equilibrio, que era el objetivo que teníamos.

—¿Qué ha pasado?

—La CES hay que llevarla como una empresa, con criterios empresariales, y siempre que hay un riesgo hay que provisionarlo y cuando hay una posibilidad de cobro no lo contabilizas hasta que lo ingresas.

—2015 ha sido un año de crecimiento de la economía ¿espejismo o el inicio de la recuperación?

—Ha sido el año del cambio de ciclo y consolidación, el de mayor crecimiento de la última década (un 3,2 por ciento) y con creación de más de 600.000 empleos. No obstante, las tasas de paro son elevadísimas, tenemos que conseguir que haya más empresas para que haya más empleo.

—¿Qué hace falta para rebajar el desempleo?

—Hay que seguir mejorando la agilidad de la Administración pública y medidas de flexibilidad para reducir costes laborales si no se es competitivo. En estos años de crisis, si no llega a ser por la reforma laboral mi empresa hubiera muerto y en vez de quedarme con un tercio del empleo, me hubiera quedado con cero. Por otro lado, la economía sumergida nos hace un daño irreparable.

—¿Ha habido avances en estos años?

—Las estimaciones hablan ya de que en realidad en torno a un 10, 12 o 14 por ciento, según qué sectores, son parados que en realidad no lo son. Qué imagen daríamos si en vez de una tasa de paro del 30 por ciento, tuviéramos una del 18 por ciento. Es un aspecto que preocupa a empresas de fuera, que piensan que la gente de aquí no es productiva, pero es todo lo contrario, tenemos a los mejores trabajadores del mundo. La economía sumergida y la presión fiscal desmedida e insoportable, solo con criterios recaudatorios de los que sí declaramos, hacen mucho daño; es competencia desleal.

—Sevilla ha registrado unas cifras turísticas de récord, ¿por qué no ha tenido traslación en el empleo?

—Porque el sector turístico, uno de nuestros pilares económicos fundamentales, ha salvado la crisis a base de ajustar los márgenes y mantener equipos y estructuras –como muchas empresas– en muchos casos no ganando dinero e incluso perdiendo. Aunque el sector turístico vaya bien en volumen, tenemos que mejorar en atraer a turismo de mayor poder adquisitivo y poner en valor el patrimonio cultural e histórico y buscar nuevos nichos de mercado y países.

—En ocho años de crisis no se ha conseguido avanzar en el cambio de modelo productivo. ¿Teme que Sevilla quede relegada a una economía de veladores?

—No. Tenemos que enorgullecernos. Tenemos magníficos empresarios en hostelería y turismo. Son pilares muy importantes para la ciudad que también mantienen una gran industria de servicios y logística. Creo que el cambio de modelo productivo del que tanto se habla no es tanto cambio, sino cómo dar las condiciones para que seamos más competitivos. Para mí es fundamental y clave la navegabilidad del río. Holanda vive de la logística y sus canales son navegables entre 16 y 21 metros y aquí nos rasgamos las vestiduras por pasar de 6,5 a 8. Si queremos más industria tenemos que crear las condiciones para esa industria. Y sí, se están haciendo cosas importantes, como en el sector aeronáutico. Yo me hago una pregunta: si además pudiéramos tener un puerto navegable en el que traer piezas del sector aeronáutico, defensa o automoción, ¿no podrían nuestras industrias crecer más?

—El dragado está en un punto de bloqueo entre administraciones. ¿Hay que dar por enterrado el proyecto?

—No, no. Ahí quiero pedir paciencia y tranquilidad. El transporte marítimo es el más competitivo, rentable, económico y de menor impacto ambiental. En 2016 tenemos el reto de constituir una mesa de trabajo del Estado y la Junta para garantizar, con un incremento leve de calado, que la flota mediana de transporte de mercancías pueda acceder al Puerto de Sevilla. Será clave para mejorar la competitividad de nuestras empresas, para atraer inversión y crear empleo y para consolidar el futuro de la Zona Franca. Se está trabajando para tener más capacidad de navegabilidad y poder traer barcos de mayor calado.

—¿Confía en que este año se pueda desbloquear?

—Confío en que 2016 sea un año en el que trabajemos para dejar establecida una hoja de ruta con garantías y tranquilidad para todos de que la Eurovía del Guadalquivir se va a consolidar como una de las principales vías marítimas para el transporte europeo.

—Ni Junta ni Estado parecen estar por la labor.

—Yo insisto. Creo que es el momento de trabajar, demostrar que se puede hacer este proyecto, que es necesario desde el punto de vista económico y viable desde el punto de vista medioambiental. Es verdad que tenemos que mejorar el río, pero es responsabilidad de todos, no solo del Puerto, también de la Junta y del Estado y ahí se está trabajando con la universidad. Estoy seguro de que esas medidas en un medio plazo nos van a despejar la posibilidad de incrementar el calado y hacer más atractivo la zona industrial y la Zona Franca. Nos hemos reunido con las industrias que tenían dudas y con los técnicos de la Autoridad Portuaria y tienen la tranquilidad de que la navegabilidad está garantizada. Lo que ocurre es que la flota de transporte medio está evolucionando y requiere unos calados un poco mayores, que es lo que pedimos. El dragado es reversible. Se ha dragado toda la vida, si no se dragara, Sevilla estaría inundada.

—Hay empresas como Siderúrgica Sevillana que han advertido de que sin dragado se tendrán que marchar.

—Desgraciadamente no tengo más remedio que afirmar que es así. Grandes industrias muy importantes con gran solera en la provincia, que no es que quieran irse, es que no le estamos dejando más opciones porque no son competitivas y la empresa que no lo es el tiempo la pone en su sitio. Si no es rentable, cierra o se marcha. Es ley de vida empresarial.

—¿Alguna se encuentra en un punto crítico?

—Hay varias importantes y estamos intentando trabajar en cómo garantizar esa navegabilidad en el corto plazo que, a día de hoy, se garantiza con el dragado de mantenimiento que se hace anualmente. Se está utilizando la tecnología para incrementar la capacidad en las horas de navegabilidad aprovechando las mareas del río Guadalquivir.

—¿Tiene sentido la Zona Franca si no va acompañada del dragado?

—La Zona Franca es un gran atractivo desde el punto de vista fiscal porque tiene ahorros dentro del proceso de fabricación y transformación al no tener que pagar los impuestos hasta que sale el producto terminado, y normalmente no lo hace hasta que está vendido. La primera fase de la Zona Franca está consolidada por las propias industrias que están allí y otras que tienen interés, y en cuanto despejemos y garanticemos un dragado viable, sostenible y medioambientalmente con todas las garantías, todavía será mayor polo de atracción.

—¿Hay interés real de las empresas por instalarse ahí?

—Sí que hay interés. Hay grupos logísticos mundiales que pudieran estar interesados, pero nos limita la capacidad de la flota de transporte. En el momento en que consolidemos y garanticemos la navegabilidad del Guadalquivir a largo plazo, esas empresas consolidarán sus inversiones.

—¿Se constata una recuperación de la construcción? ¿Qué papel jugará el plan municipal de vivienda?

—Sevilla no tiene un problema de stock de viviendas, tampoco lo tiene la primera corona metropolitana. Hay una necesidad, lo que tenemos que hacer es una vivienda a un precio asequible. Para ello tenemos que hacer un esfuerzo para disminuir los costes no solo del suelo, sino de la construcción. Estamos en una comisión de trabajo con Gaesco y Urbanismo.

—¿En qué se trabaja?

—Estamos trabajando en cambios que agilicen los procedimientos de la tramitación de licencias y se eliminen sobrecostes financieros. Hay garantías y avales que son desproporcionados y únicos de nuestra ciudad que hacen que sea mucho más dificultoso desarrollar un proyecto. Tenemos problemas muy concretos. Con la unificación de Urbanismo y Medio Ambiente tenemos que conseguir que los plazos de tramitación de las licencias sean más ágiles. Y nos encontramos con otro problema que tiene que ver con el registro de solares, que nos penaliza muchísimo y puede hipotecar el desarrollo de nuestra ciudad. Desgraciadamente son muchos los empresarios que prefieren el área metropolitana a la ciudad por las facilidades que encuentran.

—Se quejaba de la paralización de los grandes proyectos de la ciudad como Ikea o la Gavidia, ¿se ha mejorado?

—Sé que se está trabajando, lo que pasa es que Sevilla es eterna y eterniza sus proyectos. Para mí la Gavidia es una de las vergüenzas de esta ciudad, no puedo entender que esté protegido un amasijo de hierros en un enclave neurálgico de la ciudad y que no se pueda descatalogar un edificio que no tiene ningún valor. Es como Tabacalera. Que se haga algo, un hotel, un centro comercial... porque eso genera inversión y empleo. En esta ciudad opinamos demasiadas personas sobre los proyectos y aquí el que tiene que opinar es el que pone el dinero, el que arriesga.