El campo se enfrenta a una treintena de plagas y malas hierbas

El XIV Symposium de Sanidad Vegetal reúne a 1.200 profesionales en Sevilla para dar a conocer los nuevos métodos para luchar contra las enfermedades

30 ene 2017 / 07:00 h - Actualizado: 30 ene 2017 / 09:05 h.
"Agricultura","El campo y su agroindustria"
  • Dos agricultores en un tractor con pulverizador de fitosanitarios en una finca andaluza. / Pulverizadores Fede
    Dos agricultores en un tractor con pulverizador de fitosanitarios en una finca andaluza. / Pulverizadores Fede

Hasta 45 expertos han participado en la elaboración del Libro Blanco presentado en el XIV Symposium de Sanidad Vegetal celebrado en Sevilla. En esta radiografía de debilidades y de oportunidades del sector se detallan hasta una treinta de enfermedades, plagas y malas hierbas, así como otros agentes exóticos, que suponen una amenaza potencial para el campo.

Ante esto, el presidente de la Asociación Española de Sanidad Vegetal (Aesave), Rafael M. Jiménez, requiere más formación especializada, una gestión integrada y más atención a los graves problemas fitosanitarios que existen en el país. La cara positiva: la gran capacidad de innovación del sector y el elevado número de científicos.

Muchos de ellos estuvieron la pasada semana en el XIV Symposium de Sanidad Vegetal, organizado por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Andalucía Occidental (Coitand), que reunió en el hotel Los Lebreros de Sevilla a cerca de 1.200 profesionales y en el que se expusieron los nuevos avances para luchar contra las enfermedades que atacan los cultivos. Una de las más devastadoras es la Xylella fastidiosa.

Blanca Landa, Investigadora Científica del CSIC, explicó el momento actual de la enfermedad, su forma de propagación y posible control. Abogó por la coordinación entre la administración y los investigadores y recordó que esta enfermedad representa la principal amenaza fitopatológica para cultivos estratégicos de la Unión Europea como el olivo, la vid, los frutales de hueso, los cítricos, el almendro y numerosas especies ornamentales y forestales.

Y para daño en Sevilla, el del mosquito del trigo. Alejandro Castilla, técnico especialista titular de IFAPA de Cádiz, afirmó en la ponencia Mayetiola Destructor, estrategias de control, que los cultivos de cereales de invierno de Andalucía en la campaña 2015-16 han tenido una presencia notable del mosquito de trigo. No en vano, el rendimiento del cultivo cayó un 50 por ciento tras padecer varias generaciones esta plaga. Condicionantes como las temperaturas suaves de invierno, el adelanto de las siembra, la no eliminación del rastrojo o la sequía han provocado que aparezca desde principios del cultivo.

Dirk Janssen, investigador del IFAPA La Mojonera (Almería), explicó los problemas que ocasiona el Virus Nueva Delhi, transmitido por la mosca blanca, en horticultura, sobre todo al calabacín, melón y pepino. Este virus se detectó en Andalucía en 2013 y desde entonces se han unido varios grupos de investigación de España para estudiar a qué plantas infecta, las fuentes de resistencia y estrategias para controlar el vector. Como resultado de la investigación, se comprobó que el control biológico es una opción viable para derrotarlo.

Pablo Alvarado, del Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Huelva de la Junta de Andalucía, en su ponencia Problemas fitosanitarios en frutos rojos y riesgos asociados al movimiento del material vegetal, destacó la falta de plaguicidas autorizados para cultivos de mora, frambuesa y arándanos y consideró necesaria una revisión de los problemas fisiopatológicos que eviten «posibles malas prácticas agrícolas».

¿Y cómo hacer frente a estas amenazas? Sergio Rodríguez, director de Operaciones de SmartRural, argumentó que el uso de drones, de sensores y de la teledetección es similar al trabajo de un cirujano altamente capacitado que trabaja sobre una zona concreta, con menos contaminación y derivas.

La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Ortiz, insistió en la necesidad de seguir investigando, desarrollando nuevas técnicas y, sobre todo, «de hacer que las soluciones estén disponibles para los agricultores». En total, en Andalucía operan más de 240.000 aplicadores acreditados de fitosanitarios y casi 5.000 profesionales prestan asesoramiento.

Antonio Vergel, presidente del Coitand, destacó que la sanidad vegetal es la pieza «clave» para la producción agrícola pero cada vez se tienen «menos herramientas fitosanitarias para controlar las malas hierbas, plagas y enfermedades». Sin embargo, sin un buen control de éstas, las producciones se reducirían más de un 50 por ciento y sería imposible asegurar las necesidades alimentarias de la población actuales y futuras, advirtió Vergel.

En resumen, el desafío es casar la protección de la naturaleza, de la salud humana y, también, del campo.