El dragado no llega a la vía navegable, pero sí a la dársena portuaria

El Puerto licita la obra para ganar medio metro al cauce, trabajos que costarán 2,5 millones y se acometerán en 2017

22 nov 2016 / 22:32 h - Actualizado: 23 nov 2016 / 07:39 h.
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  • Un crucero turístico, tras pasar por la Esclusa del Mar, en dirección al Puerto. / Manuel Gómez
    Un crucero turístico, tras pasar por la Esclusa del Mar, en dirección al Puerto. / Manuel Gómez

El dragado de profundización de la vía navegable del Guadalquivir está en punto muerto (sobre todo tras la sentencia del Tribunal Supremo y el rechazo de la Unesco y el Consejo de Participación de Doñana), pero la Autoridad Portuaria sigue intentando reanimar el acceso marítimo. De hecho, ayer publicó la licitación del dragado de la dársena para ganarle, en algunos puntos, hasta medio metro de profundidad. Entrarán los mismos barcos –de hasta 25.000 toneladas– pero en vez de tener de tope entre 10.000 y 15.000 toneladas de peso por el calado, podrán cargarse 1.000 o 1.500 toneladas más, lo que abarata el coste del transporte. No tendrán que dejar tanta mercancía en otros puertos.

Según informó el director de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Ángel Pulido, la licitación del dragado de la dársena se ha presupuestado en 2,52 millones de euros y durará entre tres y cuatro meses, por lo que se desarrollará a principios de 2017. Las ofertas se pueden presentar hasta el próximo 10 de enero y se desarrollarán entre el puente de las Delicias y la nueva esclusa.

Según Pulido, esta obra permitirá «adecuar los calados de dentro de la dársena para optimizar la operatividad del puerto».

Los responsables del Puerto quieren actualizar los calados de la dársena «sin tocar el cauce del río», hasta llevarlos a los niveles «que históricamente tenía en los años 50 y 60», de manera que puedan aumentar los calados de los barcos que entran en el Puerto sin afectar a la vía navegable. Pulido estimó que el incremento del calado y la profundización podrá ser de medio metro de máximo, por lo que en esta zona la profundidad sería de ocho metros «contando con la onda de marea».

Pulido recordó que en los últimos años, a través del convenio con la Universidad de Sevilla y del estudio de la Universidad de Málaga, se ha estudiado el comportamiento de la onda de mareas, puesto que «se aprovecha la pleamar para navegar hacia dentro del Puerto». En dichos estudios sobre cómo se comporta el agua a lo largo del cauce del Guadalquivir hasta la esclusa «hemos visto que la marea sube más que lo que decían los estudios elaborados antes».

Esto significa que para poder mantener los mismos niveles de seguridad en la navegación hay que conocer cómo está el medio sobre el que navega el buque, para poder sacar «más rendimiento al canal de navegación».

En su opinión, «el primer cuello de botella es el calado de dentro de la dársena», por lo que se ha decidido actuar dentro de esta zona y de la esclusa y los muelles «sin tocar el cauce del Guadalquivir», de forma que «así tendremos posibilidad de meter barcos con más carga».

«Si entran barcos con más carga, el coste por tonelada transportada y la competitividad de las empresas será mayor», defendió tras apuntar que se podrá incrementar esa capacidad en torno a 1.000 o 1.500 toneladas.

¿Y qué opinan los conservacionistas sobre estas actuaciones dentro del recinto portuario? Juan José Carmona, portavoz de WWF en Andalucía, aseguró que no se conocen los efectos que pueden tener esos trabajos «porque no se han estudiado» y reclamó, como en otras ocasiones, que la Autoridad Portuaria aporte más información.

«Faltan datos y estudios. Todo lo que se hace por separado en el Guadalquivir, como los dragados de mantenimiento o este nuevo, necesita un análisis de conjunto, así lo reclamó el informe científico del CSIC de 2010», aseveró el ecologista aludiendo a la petición unánime de abordar un plan integral para subsanar los problemas del estuario.

El pasado octubre, la Autoridad Portuaria anunció que comenzaba el dragado de mantenimiento para mantener las cotas de las rasantes actuales en 15 puntos de la canal de navegación, «sin superar las profundidades máximas de cada tramo».

El canal, que alcanza una anchura de 60 metros y un calado mínimo de 6,5 metros, asciende unos 90 kilómetros por la vía navegable hasta llegar a Sevilla. Por la propia hidrodinámica del estuario, a lo largo del cauce existen determinadas zonas en las que, de manera cíclica, se depositan sedimentos en suspensión que dificultan la entrada por mar a la capital hispalense y obligan a llevar a cabo esta actuación que asegura, según el Puerto, que los barcos puedan llegar.

Estaba previsto extraer, desde la Broa de Sanlúcar hasta la esclusa Puerta del Mar, unos 225.000 metros cúbicos de sedimentos.